Puede que el proyecto de Prinsa resulte familiar para muchos cacereños que recordarán con nostalgia New Cañada, ese otro garito que arrasó en los 80 tras importar a Cáceres la moda ibicenca y marbellí y convertir este establecimiento en punto de referencia de las noches de verano durante esos años.

Fue el conocido cacereño Joaquín Oiz, entonces hostelero y hoy trabajador del sector del automóvil, promotor de la idea. Casualmente, y durante un viaje a Benidorm, coincidió en una original terraza de verano con la hija de Antonia Rodríguez, entonces propietaria de La Cañada. Oiz, que regentaba también el Charol de la plaza de Bruselas, quedó impresionado con el local alicantino y dijo: "Algo como esto sería un éxito en Cáceres". La hija de Rodríguez le dijo que su madre era la dueña de la piscina, que hablase con ella y probara suerte.

Al llegar a Cáceres fue lo primero que hizo. Joaquín Oiz junto a Germán Domingo Simón Serrano, ya fallecido, alquilaron el local. La Cañada había pasado por varias manos, incluso por las de Luis González Casco (fue alcalde de Cáceres), aunque los tres años en que Oiz y Simón la regentaron fueron los de mayor auge del establecimiento.

Pensaron en un nombre y crearon Piscina Cacereña New Cañada Sociedad Limitada. Ayer, Joaquín Oiz recordaba ese tiempo. "Abríamos la piscina, que funcionaba con socios. Llegó a haber hasta 175 familias. Pero queríamos algo distinto". Así que se pusieron manos a la obra. Montaron chozos de madera, colocaron una pista y cuando terminaba el baño llegaba el baile.

Hacían fiestas hawaianas y cenas con buffet. Incluso por vez primera en Cáceres se soltaron dos becerras de Vitorino; había concursos, desfiles de modelos... "Fue un bombazo".

New Cañada supo combinar público de todas las edades y ahí radicó su éxito. Tuvo algunos problemas con el aparcamiento: "Teníamos hasta 3.000 personas" y con el ruido: "En Aldea Moret se quejaron y hubo que empotrar los altavoces en bloques de hormigón". Al cabo de tres años la sociedad se deshizo y hoy sólo queda el recuerdo de aquellos inolvidables veranos.