La pesadilla que viven los vecinos del bloque A de la calle Ródano no es ficción como la serie televisiva de máxima audiencia. Victoria Vinagre, de mediana edad, asmática por una intoxicación por inhalación de tóxicos cuando era limpiadora y en tratamiento con oxígeno, se ve obligada cada noche a respirar el humo de las fogatas.

Vive en el primero y su casa es la más cercana a las hogueras. Confiesa que está desesperada: "Aquí no hay quien viva, anoche quemaron un colchón --el somier carbonizado estaba ayer en la calle--, otros días sillones, alguna noche salgo ardiendo. Si tuviera dinero me iba a otro sitio pero con una paga de 240 euros, ¿adónde voy?", se lamenta.