En los años 60 Fernando Sotomayor promovió en la confluencia de San Pedro de Alcántara con Santa Joaquina de Vedruna el cine Astoria; Telesforo Morato abrió Finanzauto en la plaza de América y Cáceres trataba de subirse al carro del progreso con la inauguración de la estación de trenes en la carretera de Mérida y la de autobuses en Gil Cordero.

Pese a todo, eran años de opresión a los sentidos. Por ejemplo, si eras hombre y llevabas el pelo largo la gente dudaba de tu condición sexual y si eras mujer y besabas en público a tu novio, dudaban de tu decencia. Así que unos contestaban políticamente a esa opresión y otros lo hacían a través de la música. Ese fue el caso de Arboles Muertos, el grupo rebelde que arrasó en Cáceres y cuyos orígenes hay que buscarlos en los hermanos Charro: Luis Manuel y Celestino, más conocido como Tini .

Los Charro nacieron en la calle Margallo. Su padre era funcionario de Abastecimientos y Transportes, o lo que es lo mismo, de la Delegación de Abastos, un organismo que estaba en la avenida de la Montaña, frente al Gobierno Civil. Estudiaron en el Paideuterion y al terminar 4º pasaron al Instituto El Brocense, en el Rodeo.

Allí les dieron clase don Pablo Naranjo y doña Adelaida, que era la de Francés. Pero al que nunca olvidarían sería al profesor de Literatura: don Víctor Gerardo García del Camino, que llevaba la biblioteca municipal que estaba en el Palacio de la Isla. Don Víctor Gerardo era una persona realmente buena, tremendamente respetuosa que enseñaba a sus alumnos las mejores y más auténticas normas de conducta para funcionar en la vida.

Tini Charro tocaba en la tuna de Magisterio y siempre sintió afición por la música, así que junto a su hermano Luis; Currino, tristemente fallecido; Angel Alonso Rabazocaster, que era altísimo; y César López, que vivía en la plaza de Colón, crearon los Arboles Muertos. Luis Miguel Rubio, el que fue concejal en la etapa de Sánchez Polo, fue su manager y con él firmaron el primer contrato de compra venta de instrumentos, que iban pagando a plazos.

Al grupo se sumarían luego José Luis El Negrino, Santiago Pizarro, que era el guaperas y primero tocó en Los Haedos, un grupo de la Escuela de Magisterio, Angel Andrada, que era un fantástico guitarrista de Trujillo, y Antonio Asunción Pipa, que es ATS y que hacía para ellos labores de intendencia. Los Arboles Muertos eran poco amantes de los hit parade , porque ellos eran más de versiones o de canciones propias siempre instrumentales, de mucho rock and roll.

Solían acudir a Mavic, establecimiento que estaba en Virgen de la Montaña, entre la Librería Bujaco y el chalet de don Eduardo Málaga. Había unas escaleritas de acceso y al entrar, todo un edén de instrumentos musicales y un montón de discos, que escuchaban y luego versionaban, especialmente música inglesa o italiana.

Las giras

Arboles Muertos tardaron poco en triunfar. Iban de gira por Trujillo, Guadalupe, Logrosán, las Torres... aunque sus feudos eran Madroñera, Orellana la Vieja, Valdecaballeros y La Herradura, una pista de verano que había en Mérida. Después dieron el salto a Bilbao, donde actuaron en la Cadena Garden, que era lo más.

En Cáceres tocaban en el Alvarez, en los bailes de domingo de La Rosa, también en bodas y verbenas, bueno, y en los Alféreces Provisionales, que estaban en el párking de Galarza y que era una sociedad de hijos de militares, una especie de casino, con patios y grandes salones, que organizaba bailes los domingos y días de fiesta y también en las ferias de mayo y de septiembre. En los ratos libres paseaban Cánovas arriba y abajo, iban a Faunos y escuchaban música en las famosas pianolas de Parrita, del café Amador y de los futbolines que había en los soportales de la plaza.

Ensayaban en una casa que había por la plaza de Italia, cerca del cuartel, era una casa pequeña, con un patio enorme donde había gallinas y cerdos y que ellos llamaban El Huele Huele .

La primera fotografía que ilustró sus promos la hicieron sobre un coche abandonado. En los carteles, acompañaba a la foto esta leyenda: Arboles Muertos, sonido en alta fidelidad , y el número de teléfono de Luis Miguel Rubio para las contrataciones.

La imagen se captó en Doctor Fleming, muy cerca del Banco de España, a los pies de la avenida Primo de Rivera. Entonces, en Primo de Rivera solo existían los talleres de Vías y Obras, que estaban donde está ahora el Múltiples. En frente estaba Radio Cáceres y su famoso locutor Cayetano Polo Polito. En Galerías Madrid estaba el sanatorio San José (allí nacieron muchos niños) y en la oficina central de Caja Duero estaba el chalet de Correa, que era como un palacete, en blanco y rojo, con un jardín muy bonito.

En aquel barrio sin asfaltar, con terraplenes, huertas y una fuente en La Madrila, comenzaron a levantarse los primeros pisos que costaron 500.000 pesetas y aquello era entonces un capital solo reservado para los más pudientes.

Arboles Muertos formaron parte de una generación prolija en grupos de música: Los Abejas, Los Comancheros y, como no, Los Universales, donde tocaba Paco Barragán con su órgano Hammond.

Arboles Muertos era un grupo cañero y moderno y sus temas se escuchaban en los programas de música y discos dedicados que Pepe Higuero dirigía en Radio Popular.

Eran los más buscados porque eran una bomba, con sus pelos largos y su look underground. Las niñas se volvían locas con ellos cuando versionaban aquel célebre Barbara ann ba ba / Ba barbara ann de los Beach Boys.

El grupo ha vuelto a reencontrarse en Cáceres, lo ha hecho en El Asador, el bar de la calle Moret que ahora regenta Angel Rabazo. Sus componentes, dispersos por varios puntos de España, quieren volver a los estudios y ya preparan la edición de un disco, para que suenen de nuevo aquellas melodías que volvieron locas a las niñas en esos bailes de domingo de los Alféreces Provisionales que encontraron en la música una fórmula para frenar la opresión a los sentidos.