Las obras de rehabilitación del tercio oriental de la muralla han llegado al Arco del Cristo, una de las piezas más destacadas de la ciudad monumental. Detrás de su rehablitación está un equipo de expertos dirigido por los arquitectos Miguel y María Matas, Pedro Gurriarán, y Daniel Peinado, de la empresa Cyrespa, como jefe de obra. Ayer, el primero de ellos recordaba que este arco era una puerta de la fortificación romana y uno de los tesoros más extraordinarios del patrimonio cacereño, ya envuelto en andamios.

Su paso por el quirófano se dejará notar y se espera un resultado magnífico. En la actualidad aparece lleno de ripios entre sus sillares, algunos muy desgastados y otros mejor conservados, que serán debidamente restaurados.

Mortero de cal

«La actuación va a ser puramente de restauración», insistió Miguel Matas, «quitando elementos no originales y rellenando con morteros de cal». Además, en el lado oeste, en estado más óptimo, se eliminarán los pocos restos de mortero de cemento que aparecen.

En cuanto al exterior, en la parte superior «todo lo que hay que hacer es limpiar, descartar humedades y conservar». En la zona de arriba existen cuatro elementos procedentes de una construcción antigua que están siendo documentados por el equipo de expertos para decidir si finalmente se actúa o no sobre ellos.

En el suelo sí se realizará una intervención levantando las piedras y losas de granito para construir una zanja que sirva de drenaje «con el fin de que el agua no se cuele por las paredes sino que discurra por debajo».

Igualmente y siempre que sea posible, los cables de la instalación de telefonía y luz se conducirán entubados por el suelo. A la izquierda, se reconstruirán los cajones del tapial primitivo para intentar conseguir una unidad en el monumento. Asimismo, el tejado del edificio que sirve de sede a la asociación de vecinos se va a impermeabilizar.

Miguel Matas calculó que las obras de rehabilitación se alargarán durante aproximadamente mes y medio.