Defensor del movimiento moderno que introdujo en España Miguel Fisac, admirador del románico y de Rafael Moneo, el joven arquitecto cacereño Vicente Arroyo Higuero (Cáceres, 1975) podría muy pronto hacer realidad uno de sus sueños: la construcción de una capilla en un paraje natural de Covarrubias (Burgos).

Arroyo es miembro de un equipo de arquitectos que han quedado finalistas en el Concurso Internacional Capilla de San Olav, que otorga la Fundación Princesa Kristina de Noruega y cuyo proyecto principal es cumplir con la promesa que le hizo el infante Felipe, hermano de Alfonso X El Sabio, a su joven esposa la princesa Kristina de Noruega, en el siglo XIII, de construir una capilla en honor de San Olav.

El Ayuntamiento de Covarrubias, que desde hace 800 años custodia el sarcófago de la princesa, ha cedido un terreno para construir la capilla. Hace un año, el primer ministro de Noruega, Kjell Magne Bondevik, anunció la convocatoria del concurso, con participación limitada a estudiantes del último curso de las Escuelas Superiores de Arquitectura de Valladolid y Oslo. Arroyo y sus cuatro compañeros compiten por el premio con los otros dos proyectos presentados.

El equipo cacereño ha ideado una capilla de 90 metros, sobre un espacio único que se transforma a través de la luz. El diseño evoca, en este sentido, a la arquitectura noruega y se inspira en los paisajes naturales de los pueblos burgaleses. Y con tal maestría lo consigue, que la capilla dedicada a la princesa parece formar parte del espacio, como si de un elemento más de la propia naturaleza se tratase.

El edificio, según explica Arroyo, "toma como referencia la arquitectura moderna de Le Corbusier o Enric Miralles". Por eso, no busca la grandiosidad del barroco o del renacimiento.