Arrancan los trabajos para arreglar el techo de los locales de La Madrila que fueron precintados por seguridad. Los establecimientos llevan más de cuatro meses a la espera de que se inicien los trabajos para reparar los daños en el forjado, causa por la que el ayuntamiento decidió clausurarlos a finales de agosto del año pasado.

Esta medida afectó a siete locales, tres de ellos bares de copas que tienen la entrada en la plaza de Albatros pero pertenecen al número 1 que tiene acceso por Hernán Cortés. De los tres locales, Ivanhoe presentó un informe que demostraba que su establecimiento no se encontraba sobre el forjado afectado por el deterioro y el ayuntamiento decidió levantar el precinto. No ocurrió lo mismo con Velvet y Deja vù, que llevan sin actividad desde que el consistorio adoptó la medida preventiva. Desde entonces, los establecimientos de copas acumulan pérdidas que llegan a los 900 euros diarios, lamenta a este rotativo Juan Miguel Olmeda, uno de los propietarios.

Desde entonces, tanto la comunidad de propietarios como los hosteleros han recopilado los informes necesarios y los técnicos municipales han elaborado las catas para evaluar los daños comienza a haber movimiento en los establecimientos. Estaba previsto que la obra comenzase antes de que finalizara el año, pero unas catas y la instalación de un sistema de ventilación retrasaron el inicio de la reforma.

Urbanismo confirma a este diario que recibió el 11 de enero el proyecto de obra y el pasado 13 el informe de evaluación del estado del edificio. Ahora los técnicos del área analizan ambos documentos para determinar que arranque la reforma y ya han comenzado los trabajos previos de acondicionamiento, asegura Olmeda.

La estimación es que la obra se prolongue alrededor de un mes así que la previsión que manejan los hosteleros para reabrir sus locales es marzo o abril. «Calculamos que abriremos en Semana Santa, ahora tendremos que recuperar a los clientes que han tenido que buscar una alternativa, era un local que funcionaba bien pero con esfuerzo y con trabajo se puede conseguir», apostilla. Fue en una revisión rutinaria en la que los técnicos municipales advirtieron las deficiencias en el forjado del sótano sobre el que se asienta el edificio. En concreto, detectaron que las armaduras de los forjados en una parte de un sótano estaban oxidadas por «por la falta de mantenimiento, falta de ventilación y la humedad existente por filtraciones de agua».