Los malos olores inundan la Estación Arroyo-Malpartida. A la falta de alcantarillado público que obliga a verter las aguas residuales al río Casillas se unen ahora los vertidos de la conocida Charca del Lugar, situada en Malpartida de Cáceres y que acaba de vaciarse. La mezcla de ambas cosas hace que esta pedanía cacereña esté envuelta en un hedor que se hace insoportable.

Los vecinos, hartos, exigen una solución inminente al ayuntamiento. "Queremos que limpien esto porque el olor se mete en nuestras casas. No podemos ventilarlas ni abrir las ventanas en verano desde hace tiempo. Necesitamos una nueva red de saneamiento y una depuradora", explicaron a este diario algunos de los vecinos afectados que residen en esta pedanía de Cáceres.

La situación que más preocupa es la falta de una depuradora en la que recoger y limpiar el agua sucia. Llevan años demandando una solución a este problema, sobre todo desde que el gobierno municipal construyera allí una fosa séptica en las traseras de las viviendas a la que van a parar los residuos de las familias que habitan en la zona.

La representante del ayuntamiento en la localidad, Antonia López, aseguró a este diario que el gobierno local ya estudia la manera de solventar la situación: "Van a ver cómo solucionan el problema pero nos han dicho que el presupuesto es alto y la situación económica ahora no lo permite", dijo López.

Francisco Gómez, uno de los vecinos de La Estación protesta por la falta de un alcantarillado "en condiciones": "Nosotros pagamos impuestos igual que un ciudadano de Cáceres. No entendemos porqué no lo solucionan", dijo este vecino.

Por otro lado, el mal olor se ha incrementado en los últimos meses por los vertidos de la Charca del Lugar que se ha limpiado recientemente: "Abren las compuertas para sacar el agua y limpiarla. En el descampado se ha creado un riachuelo con agua, lodo y suciedad. Huele fatal", decía uno de los vecinos cuya vivienda linda con este arroyo improvisado.

El problema se incrementa con las lluvias del invierno porque el agua se acumula y la suciedad llega hasta el interior de las casas. "En invierno es mucho peor. Si llueve mucho se desborda y el agua sucia entra dentro de nuestras casas. Queremos que nos lo solucionen", decía el también afectado, Francisco Gómez.

El mal olor de las aguas fecales y del lodo del riachuelo atrae a insectos y demás bichos que también se cuelan en el interior de las viviendas y generan un malestar aún mayor a estos vecinos de la pedanía cacereña.

CHARCOS Pero en invierno el mal olor no es lo único que preocupa. El mal estado en que se encuentran algunas de las vías de la localidad provoca que las calles se conviertan en un auténtico barrizal en el que es necesario sortear los charcos. El invierno se pone en contra de esta barriada que exige una limpieza y soluciones inmediatas a los problemas por la falta de una correcta red de alcantarillado público.