El ascensor de la torre de Obispo Galarza realizó su primer viaje ayer, un año después de que terminara la ejecución del proyecto. La alcaldesa Elena Nevado y el concejal de Fomento, Jorge Carrasco, fueron los primeros en subir a esta nueva instalación, que forma parte de la remodelación llevada a cabo de la plaza de Obispo Galarza con el fin de que se convierta en "un sitio de referencia para los turistas que llegan a la ciudad", señaló la jefa del ejecutivo.

En este espacio desembarcan muchos de los visitantes que llegan a la ciudad, no solo por el párking, sino por el estacionamiento de autobuses que hay en la zona. De hecho, la reordenación de esta zona de estacionamientos, junto con la ornamentación de la torre han sido los dos motivos que han pospuesto la entrada en funcionamiento de esta infraestructura, que estará en marcha de ocho de la mañana a doce de la noche todos los días.

"Creemos que se mejora la oferta que se da al visitante con esa primera visión de la parte antigua desde la terraza del edificio y también se mejora la accesibilidad, porque podrá ser utilizado por los vecinos de la zona", añadió Nevado. En el interior del ascensor hay una pantalla que ofrece además noticias de última hora e información meteorológica.

El coste del mantenimiento del elevador es de 70 euros mensuales, que asume inicialmente el ayuntamiento a través del contrato de mantenimiento de ascensores de edificios municipales, que se adjudicó recientemente a la empresa Schindler. En todo caso, la pretensión del ayuntamiento es que sea la empresa que se encarga de la explotación del párking la que asuma el mantenimiento de ese servicio y por ello se va a incluir en la próxima modificación del contrato del párking, que está en trámites.

EL PROYECTO La instalación de este ascensor fue uno de los proyectos financiados con cargo al Plan E (contó con un presupuesto de 157.000 euros) y contó con un amplio trámite como consecuencia de las objeciones que el Plan Especial planteó a las primeras propuestas de diseño de esta instalación. La propuesta inicial, presentada en 2010, contemplaba levantar la torre, de 20 metros de altura, sobre el espacio que ocupa el quiosco. Entonces se concibió como una estructura forrada de vidrio que permitiera al usuario ir viendo la panorámica a medida que ascendía el el elevador. Se coronaba con una cubierta plana con perfiles metálicos y una malla, y una pasarela metálica conectaba la torre con el mirador.

Ese proyecto fue rechazado después por el Plan Especial por el impacto visual que ocasionaba en la zona, protegida por su proximidad al entorno monumental. Se planteó entonces una nueva alternativa que cambiaba tanto la ubicación del ascensor como los materiales, y reducía la altura del proyecto. Este es el que finalmente se ejecutó. La actuación se completó el pasado noviembre con la decoración mural a base de grafitis con motivos que aluden al folclore extremeño.