La Brigada de Obras de Cáceres ha vuelto al tajo. Hacía tiempo que no nos alegraba tanta una noticia. 300.000 euros para la campaña anual de asfaltado que quitará los baches y que al fin entrará en el Camino Llano, la calle durante años olvidada, llena de socavones, que era necesario mimar porque alberga el nuevo edificio de la colección de la galerista alemana Helga de Alvear, una de las más prestigiosas del mundo.

Regresan las máquinas al asfalto, a reponer el alquitrán, con su ruido de rodillos y sus capataces, felices de pisar la tierra confinada durante más de siete semanas. Feliz también el concejal del área, Andrés Licerán, Caridad, Paco y los demás, personal entregado y con una vocación de servicio público indescriptible.

Los vecinos están igualmente satisfechos: es mucho tiempo de encierro y hay que seguir aplaudiendo esta desescalada que paso a paso hace que Cáceres vuelva a ser lo que era. De momento, unos albañiles trabajan en la reforma de una de las pocas casas bajas que se conservan en el barrio, María ha abierto Todolibros y la joven del 3º ha cumplido 20 años...