Que los médicos de Atención Primaria conozcan la sintomatología asociada al cáncer, y también a los efectos secundarios derivados del tratamiento de la enfermedad, que sepan cómo establecer un protocolo de prevención para los tumores más frecuentes y que sean capaces de detectar signos de sospecha en aquellos pacientes que han pasado la enfermedad, pero continúan con revisiones. Son las claves del curso en el que un centenar de médicos de Atención Primaria de la provincia de Cáceres participan desde ayer.

"En la Atención Primaria hay una relación muy estrecha con el enfermo, y es común que el paciente oncológico acuda con distintos síntomas como dolor, naúseas o cansancio", explica uno de los directores científicos del curso, Rubén Alonso, adjunto del servicio de Oncología Médica del San Pedro. A esa circunstancia se une el papel que estos médicos pueden desempeñar "en la detección precoz, que afectará directamente al impacto de la enfermedad", añade Santiago González, también director científico del curso, que comenzó ayer en el Colegio de Médicos de Cáceres.

"El médico de atención primaria es fundamental en el caso de la herencia de algunos tipos de cáncer", subraya González, que además es coordinador regional del Consejo Genético en Hereditario, y que destaca que el médico de cabecera puede trabajar en la prevención y el diagnóstico precoz en el entorno familiar de enfermos de cáncer. "Entre el 5% y el 10% de los casos tienen un origen hereditario", explica, algo que se atribuye a "una mutación que predispone a esas personas".

Por eso una de las estrategias del curso, de periodicidad bianual, se centra también en trabajar con los médicos la detección de los tumores con mayor incidencia: mama, pulmón y colon.

El curso concluirá hoy y contará con dos talleres, uno de ellos sobre los ciudados en las prótesis digestivas, y otro sobre el tratamiento rehabilitador y los cuidados para las pacientes que se recuperan de un cáncer de mama.