Guadalupe Miralles vive en el barrio de Mira al Río, en el número 13 de la calle San Roque, es inválida e invidente y vive sola con su hijo, José Casares, quien denuncia la imposibilidad de sacar a su madre "a dar un paseo". La calle es "muy empinada", por lo que se hace difícil el transporte de la silla de ruedas. Una vez que llegan a la carretera con la intención de acceder a una plaza o un parque donde pasar la tarde, se encuentran con la imposibilidad de acceder a la calzada. "Si la calle es estrecha para que se crucen dos vehículos, imagina el peligro que corre mi madre al no haber acera".

José Casares afirma que ha presentado una denuncia a Sanidad, ya que "en el ayuntamiento no he recibido ninguna ayuda ni respuesta de la reclamación que les solicité". También ha presentado un escrito a la asociación vecinal.

El consistorio cacereño ha expropiado gran parte de las viviendas del barrio para ampliar las calzadas. Actualmente sólo habitan en la zona cinco vecinos. Las obras no afectarán a la vivienda de Guadalupe, pero su hijo exige que se les informe del proyecto de la construcción, "necesito saber qué es lo que van a hacer".