Se vende palacio. Y se compra. Y si no que se lo digan a Atrio, que en tan solo dos años ha adquirido dos inmuebles en pleno corazón de la ciudad monumental. Los propietarios del hotel de lujo suman a su lista --cada vez más numerosa-- de inmuebles el palacio en el que se ubicó la antigua sede de la Unidad de Carreteras en la plaza de los Golfines. Esta nueva adquisición se suma a la casa de los Paredes-Saavedra, un edificio situado a pocos metros del hotel que adquirieron en 2017 para rehabilitarlo como pisos turísticos de lujo.

La compra se ha realizado por 1.200.010 euros y se materializó a última hora tras la subasta pública la pasada semana con un precio de salida de 1,14 millones. Según confirma a este diario José Polo, alma máter de Atrio junto a Toño Pérez, hasta última hora aguardaron en la puja para firmar por el edificio. «Buscábamos un espacio para organizar grandes eventos, pero sin prisa, de repente nos comentaron que salía a subasta y había gente interesada, el viernes fue el último día y presentamos la oferta a las 13.40 horas, veinte minutos antes del cierre de la subasta».

Con la nueva propuesta, anota Polo, prevén girar la tendencia del hotel y del proyecto de los pisos, ambos orientados al lujo y al turismo, y acercar Atrio a los cacereños. «Queremos recuperar a la gente de Cáceres, a veces con el tiempo las guías te van subiendo a unas vías del tren y tú solo puedes seguir para adelante», pone de manifiesto. En ese sentido, detalla que el proyecto contempla adecuar el espacio de cuatro plantas con 560 metros cada una para construir un complejo con zonas diferenciadas con un concepto diferente al del alojamiento. En la planta baja, prevén construir un hamman, lo que se conoce como baños árabes, y un gimnasio. La primera y la segunda se destinarán como espacio para organizar grandes eventos. «Está en un sitio privilegiado y frente a las iglesias, si es una boda, ni siquiera tienen que coger el coche, es una ventaja», sostiene Polo. Finalmente, la tercera y última planta se destinará al restaurante, una propuesta más «accesible» que la de Atrio que incluirá espectáculos de música en vivo.

De momento, aún no hay fecha para que el proyecto se materialice. «Queremos hacer las cosas bien», defiende el responsable del hotel. Tras la firma del acuerdo de compra, los trámites burocráticos y la escritura del inmueble se prolongarán durante los próximos «tres o cuatro meses». Uno de los trámites que habrá que formalizar es la modificación de uso en el Plan General Municipal que solo contempla que el inmueble tenga utilidad institucional.

UN ‘PALACETE’ DEL SIGLO XX // Aunque suma décadas de vida, el palacio que acaba de adquirir Atrio es de los más jóvenes de la parte antigua y de hecho, no se puede considerar histórico. El inmueble fue construido en 1962 aunque su fachada, que sí está protegida por Patrimonio, luce cuatro elementos históricos del siglo XVI: tres escudos una portada barroca procedente del antiguo seminario de Obispo Galarza que fue demolida --otro de los pórticos se encuentra en la sede de diputación--. Aparte de estos componentes de gran valor, el inmueble se edificó con mampostería, granito y forja y similitudes a las construcciones del siglo XVI para que se adecuara al entorno. La demarcación de Carreteras del Ministerio de Fomento ocupó el espacio durante más de 40 años hasta que su falta de operatividad por la distribución de los espacios (calefacción antigua e instalaciones obsoletas) y las continuas averías obligaron a desalojarlo.

En 2012 se aprobó una rehabilitación que jamás llegó a concluir debido a que la empresa que la ejecutaba quebró. Fue en 2016 cuando el ayuntamiento manifestó su interés por el inmueble aunque finalmente este acuerdo para la cesión de las instalaciones tampoco llegó a buen puerto. Desde la semana pasada, tres años después y varias ofertas fallidas, el espacio cuenta ya con nuevos dueños sin escudos pero con muchas estrellas.