No hubo sorpresas. Toño Pérez y José Polo confiaban que la Guía Roja Michelín 2006, que llegó el jueves a las librerías, refrendara lo que ellos ya sabían, que seguían siendo merecedores de sus dos estrellas. Así ha sido. La prestigiosa guía francesa mantiene al restaurante cacereño Atrio (avenida de España, 30) entre los 16 mejores de España: cinco con tres estrellas y once con dos.

"Cada uno sabe dónde está, no es cuestión de azar. Sabíamos que estábamos en las dos estrellas, aunque hacemos un superesfuerzo por mantener el tipo", explica Toño Pérez, cocinero y copropietario de Atrio.

"Estamos muy contentos. Esto nos confirma que llevamos el camino apropiado y que tenemos que seguir trabajando para que esas estrellas sean firmes", apunta por su parte José Polo, el otro propietario y artífice del local que ha situado Cáceres en el mapa de la alta gastronomía española.

Un logro de Cáceres

No saben cuántos inspectores de Michelín les han visitado este año. Sólo les constan dos inspecciones. Cuentan, por ejemplo, que el restaurante de Ruscalleda ha recibido la visita al menos de siete inspectores para darle la tercera estrella.

Sin embargo, Toño Pérez dice que las estrellas no son sólo obra del restaurante. "El logro es también de la ciudad y los cacereños. Mi cocina, mi idea, las estrellas, son de Cáceres, porque es aquí donde está enraizada", explica.

Sobre la cocina española, Pérez y Polo creen que pasa por un buen momento, aunque los restaurantes no tengan la "opulencia" de los franceses o americanos. Tienen en cambio una ventaja, según Toño Pérez: "Atrio es el dos estrellas más barato de Europa y Arzak es de tres más barato del mundo"

Por eso, no sólo están satisfechos por la consolidación de su posición, sino por las estrellas que han recibido dos de sus amigos, Carme Ruscalleda --la segunda mujer en el mundo que ostenta la máxima distinción-- y Andoni Luis Aduriz (Mugaritz, Guipúzcoa), la única incorporación en el grupo de dos estrellas.

Triestrellato

Atrio no aspira de momento a las tres estrellas. "Eso queda aún lejos", sostiene Polo. Entrar en ese reducido club de los triestrellados que forman Arzak (San Sebastián), Martín Berasategui (Guipúzcoa), Ferran Adriá (El Bulli, Girona), Santi Santamaría (Can Fabes, Barcelona) y, desde el 2006, Carme Ruscalleda (Sant Pau, Barcelona) es ya harina de otro costal. Atrio tardó diez años en lograr su segunda estrella.

El restaurante cacereño está ahora más volcado en otros proyectos que en esa tercera estrella, como su nuevo hotel de lujo en la plaza de San Mateo, cuyos trámites administrativos siguen en marcha para intentar que esté listo en 2008.

También, dos importantes ofertas para asesorar la cocina del lujoso hotel Penha Longa de la cadena Ritz-Carlton en Sintra (Portugal) y otro en Madrid, como ya hacen Adriá o Berasategui con establecimientos ajenos a sus restaurantes. Aún se lo están pensando: "Hay que estar muy seguro porque se trata del nuestro prestigio, del sello personal y la imagen de Extremadura", afirma Toño Pérez. No es cuestión de poner en peligro esas dos estrellas.