Se denunciaron mutuamente, aunque mientras que a ella el Ministerio Fiscal sí la consideraba autora y la acusó de un delito de atentado, de un delito y una falta de lesiones, y de una falta de respeto y consideración debida a agentes de la autoridad, y pedía para ella una pena total de 2 años y tres meses de prisión y 600 euros de multa, a los dos policías a los que ella acusaba de haberla agredido, el fiscal no llegó a imputarles. Pero sí lo hizo su abogado, y los tres se sentaron el pasado día 3 en el banquillo de los acusados.

Fueron juzgados por la Sala Segunda de la Audiencia Provincial, que ya ha dictado sentencia. Absuelve a los policías R. C. S. y O. V. Q. del delito de lesiones de los que les acusaba la ciudadana boliviana Norma G. S., mientras que a esta la declara culpable de una falta continuada de insultos y vejaciones y de una falta de desobediencia a agentes de la autoridad, y la condena al pago de sendas multas por un total de 420 euros -- 120 euros por la de insultos y vejaciones y 300 por la de desobediencia--.

Los hechos por los que los tres han sido juzgados y Norma G. condenada ocurrieron el 23 de octubre de 2008. Según se recoge en la sentencia de la Audiencia como hechos probados, ese día tuvo lugar un altercado en el bar Rincón de Europa, en la calle Argentina, "al negarse el camarero del mismo a servir una consumición". Los clientes del bar llamaron a la policía, y al llegar la dotación compuesta por los dos agentes ahora absueltos "el altercado había finalizado, pero en todo caso procedieron a la identificación de los partícipes".

Pero tuvieron problemas con Norma G. S., esposa de uno de los que participó en el altercado, que se negó a identificarse y comenzó a proferir insultos como "me cago en la puta policía" y "os tenías que morir todos", ante lo cual le pidieron la documentación. Al negarse a facilitarla, la comunicaron la necesidad de trasladarla a las dependencias policiales a fin de proceder a esa identificación.

Es ya en el coche policial donde se produjo el altercado, ella llegó a golpear a uno de los agentes y sufrió el los golpes de los que acusaba a los agentes. Pero la Audiencia recoge en su sentencia como hecho probado que Norma G. "se golpeó la cara en la puerta del coche policial" cuando uno de los agentes, ante su negativa, "la coge para sacarla del coche y poder ponerle las esposas"; así como también que "al tener que ponerle los brazos atrás para esposarla, con la oposición activa de ella, se produce una fractura del cuarto metacarpiano".

Se concluye así un proceso judicial que se inició a finales del 2008 y que ha requerido tres señalamientos de juicio, e incluso el ingreso en prisión provisional de la acusada para garantizar su presencia en la vista oral.