También de intervenciones telefónicas se derivaron las detenciones de los 13 acusados de tráfico de drogas (Jaime M. H., Angel S. V., su mujer Angela S. S., Alfonso B. D, Cristian A. M., Abel C., Vicente G. C., Rafael A., Félix S. M., Antonio C. M., su padre Antonio C. P., Isabel M. V. y Goni K.), y algunos también de tenencia de armas prohibidas (Abel C., Antonio C. M. y Antonio C. P.), que en un mes serán juzgados en la Audiencia. Las penas que para ellos pide el fiscal suman 57 años de prisión y multas por 263.403 euros.

La Policía Nacional de Cáceres inició la investigación, a principios del 2009, ante las sospechas de que dos individuos pudieran estar dedicándose en la ciudad al tráfico de estupefacientes, lo que motivó que se solicitara, y el juez autorizara, que se intervinieran sus teléfonos. Sus conversaciones, señala el fiscal en su escrito de acusación, "permitieron deducir que la vida de ambos estaba vinculada al tráfico de drogas", y sus contactos con los demás acusados.

Los principales imputados en esta casa son Abel C. A., al que se le intervinieron en su vivienda de la calle Hernán Cortés y una nave alquilada en Charca Musia 9.793 gramos de hachís, una balanza de precisión, dos revólveres y una escopeta de cañones recortados; y para el que pide el fiscal 7 años y medio de prisión y 55.115 euros de multa. Antonio C. M. (se piden 11 años de cárcel y 63.201 euros de multa) y su padre Antonio C. P. (6 años y 20.261 euros), de los que eran varios inmuebles de Don Benito y Madrigalejo en los que se intervinieron 164 gramos de hachís, 4,30 de marihuana, una pistola...