Issam Ghayour pagará con 22 años de prisión la muerte de la casareña María Antonia Pérez, su novia, a la que degolló "brutalmente" en una habitación del número 90 de la avenida Hernán Cortés. La Audiencia Provincial dictó ayer sentencia conforme al veredicto de culpabilidad, que emitió el martes el jurado popular que lo juzgó por asesinato con alevosía, ensañamiento y el agravante de parentesco, aunque se le reconoce como atenuante la confesión ya que se entregó a un policía en la calle tras cometer el crimen.

Además de la pena de prisión, el tribunal le ha impuesto una medida de alejamiento. Así Ghayour, de 27 años y natural de Marruecos, tendrá prohibido volver a Cáceres o a Casar durante 15 años una vez que quedase en libertad. Igualmente se le prohíbe acercarse a una distancia inferior de 500 metros, o de comunicación por cualquier medio, a la hija de la víctima, de 17 años, a su madre o hermanos.

INDEMNIZACION "SIMBOLICA" Por último, en concepto de daños morales, la presidenta de la Sección Segunda de la Audiencia, la magistrada María Félix Tena, ha fijado una indemnización de 150.000 euros para la hija de la fallecida y 10.000 euros para la madre. La jueza reconoce en la sentencia que la indemnización es "simbólica", no solo porque el dinero "no va a poder atenuar ni mínimamente el daño" ocasionado sino porque el condenado carece de bienes económicos, lo que significa que la familia de la víctima no cobrará dichas indemnizaciones.

La pena de 22 años impuesta es dos años superior a la mínima establecida para este tipo de delitos y tres menos que la máxima (25 años) que reclamaba la acusación particular que, según el tribunal, ha desempeñado una labor "destacada" en el proceso para el esclarecimiento de los hechos. La abogada de la acusación particular, María Luisa Tena, en representación de la madre de la víctima, expresó ayer su conformidad con la condena. "Está dentro de lo esperado, por lo que no tenemos ninguna discrepancia", manifestó en declaraciones a este diario.

Issam Ghayor ha cumplido ya casi dos años de los 22 impuestos, ya que ha permanecido recluido de forma preventiva desde su detención el mismo día del suceso. El abogado encargado de su defensa, Fernando Agorreta, confirmó ayer que presentará un recurso ante la Sala de lo Civil y Penal del TSJEx para intentar que ingrese en un psiquiátrico. La familia teme que se suicide en prisión.

Los términos del recurso incidirán en la enajenación mental y la falta, a juicio de la defensa, de ensañamiento. Dos cuestiones que la Audiencia, así como el jurado, consideran "ampliamente probado", que no hubo trastorno psicológico y que sí un "dolor innecesario" para causar la muerte a la víctima.

18 HERIDAS, SOLO UNA MORTAL María Antonia Pérez, de 37 años, murió desangrada y con 18 heridas en el cuerpo (ceullo, brazos y pecho) producidos por una pequeña navaja de uso cotidiano. El corte mortal le seccionó el cuello de izquierda a derecha, incluiso la traquea y el esófago.

Antes de aquel trágico 20 de mayo del 2006, agresor y víctima habían convivido casi un año como pareja. Primero el Ramadán, durante el cual el asesino regresó a Marruecos, y luego la falta de dinero, les impidió vivir juntos el último mes, pero mantenían el noviazgo.

Aquella tarde, él la fue a buscar a casa de su madre en Casar de Cáceres y acabaron en una habitación realquilada que él pagaba en un piso de Hernán Cortés. Lo que ocurrió dentro y la dantesco escena que dejó causó un "profundo impacto" hasta a los policías más experimentados, como declararon en el juicio más de uno.

El hombre aprovechó la confianza de su novia para atacarla por la espalda. A ella le cogió desprevenida. "No se lo esperaba", reconoció el propio condenado. Por lo tanto, no pudo defenderse de las embestidas. El sacó una navaja del bolsillo, la agarró por detrás y comenzó a clavarle el arma hasta degollarla. Según sostienen los forenses, cuyo informe ha sido crucial para la condena, es un "psicópata" pero con pleno conocimiento de sus actos.