El ayuntamiento ha sacado a licitación el contrato para la realización de una auditoría de gestión financiera y de personal. Es el primer examen externo que se hace en al menos las dos últimas décadas contratando a un auditor y sin contar las revisiones que hace el Tribunal de Cuentas o trabajos específicos que se han realizado en servicios como el del autobús urbano. Esta licitación es uno de los acuerdos que se incluían en el pacto entre PP y Ciudadanos que permitió la aprobación de los presupuestos del ayuntamiento para 2017.

Según se especifica en el pliego técnico del concurso, la auditoría de control financiero se tendrá que plasmar en un informe que debe contar con la conformidad del servicio de Intervención del ayuntamiento. Entre las materias a controlar están los expedientes de inversiones o los de gestión de las concesionarias de los servicios, además se tendrá que verificar la realidad de las operaciones económicas y presupuestarias y si se han ajustado a la normativa. Los trabajos de auditoría alcanzarán a los servicios de Personal y Tesorería y también al del Agua, servicio público que está gestionado indirectamente por Canal de Isabel II.

En materia de personal, la auditoría deberá diseñar un plan estratégico de organización de los recursos humanos para la mejora de la prestación de los servicios. El ayuntamiento, con su más de 600 empleados, en una de las principales ‘empresas’ que tiene la ciudad.

El plazo para adjudicar el contrato es de 15 días naturales contados desde la publicación del anuncio de licitación en el boletín oficial de la provincia. Salió ayer. El periodo para la ejecución de los trabajos es hasta el 31 de diciembre de 2018. El primer plazo es el del informe provisional, para el que hay 4 meses desde que se presente el programa de trabajo que tendrá que estar en un plazo de 20 días desde la formalización del contrato.

El anuncio de la licitación coincide con la ratificación de la cuenta general del ayuntamiento de 2016, ayer se informó en la comisión de Economía y Hacienda que no se había presentado ninguna alegación durante el periodo en el que ha estado en exposición pública.

Los datos de esta cuenta mejoran los de ejercicios anteriores al cerrarse por segundo año consecutivo con un remanente de tesorería para gastos generales positivo. En el resultado de este remanente no solo se toman en consideración los números del ejercicio liquidado, en este caso el de 2016, sino también los de anteriores. Para conseguir este dato positivo ha influido que se ha reducido el importe de las deudas por obligaciones pendientes de pago, se han dejado en 11,1 millones (el 2012 se cerró con una deuda en este apartado de 31,7 millones). Otro factor para acabar con un remanente positivo ha sido la reducción del gasto público como consecuencia de una menor consignación de ingresos, según el balance que hace la Intervención del ayuntamiento.

Este débito no es el único que tiene el consistorio, pero es el que se computa para la obtención del remanente. También hay una deuda de operaciones a largo plazo por amortizar de 24 millones, que se irá pagando en próximos años, y 5,5 millones de deuda pendiente de aplicar al presupuesto, cuenta que no aparece en el cálculo del remanente.