José Manuel García Grandes es hostelero, acaba de cumplir 59 años y lleva viviendo en la barriada de Hispanoamérica desde que se casó. Junto a su mujer fue una de las muchas parejas de jóvenes que se trasladaron al barrio cuando se creó hace 30 años. Sus tres hijas han nacido y se han criado en la barriada y José Manuel asegura que, "aunque me tocara la Lotería me quedaría por aquí cerca porque es un sitio que me gusta mucho".

"He vivido muy bien en el barrio", reconoce este vecino, que también es miembro de la asociación vecinal. Recuerda que todos los primeros pobladores llegaron al barrio con mucha ilusión y con muchas ganas de trabajar, cuando "esto no era más que un descampado con unos hornos de cal". "En 30 años he vivido de todo", afirma con cierta nostalgia.

José Manuel García cuenta que cuando llegó a Hispanoamérica "no podía salir de frente por mi casa porque había unos charcos enormes y con el coche tampoco podías pasar por el barro".

Poco a poco fue viendo como las infraestructuras crecían y también la calidad de vida de los habitantes. "Empezamos a tirar para adelante y estoy muy orgulloso y contento de vivir en el barrio".

También él, como el resto de miembros de la junta directiva vecinal, ansía que pronto se cumpla el sueño de contar con una sede donde puedan continuar desarrollando su trabajo en pro del barrio.