Nunca tuvo intención de matar a nadie. Disparó sólo para intimidar a los que antes le habían agredido. Es la versión que Alejandro Martín, autor de la muerte del joven estudiante de Derecho Alejandro Clemente, mantuvo en la declaración prestada la tarde del pasado viernes ante la juez titular del Juzgado número 3, encargado de la instrucción de este caso, y a la que ha tenido acceso EL PERIODICO.

Sobre lo sucedido la madrugada del día 6 en la plaza de Albatros, Martín relató que había estado de copas con su mujer y cuando discutía con ella porque se quería ir a casa, un grupo de jóvenes le agredió y perdió el conocimiento. Según su versión, "cuando se recuperó se marchó, pero volvió para buscar a su mujer y al bajar las escaleras y ver a un numeroso grupo de jóvenes disparó al aire para intimidarles, aunque asegura que en ningún momento fue consciente de haber matado a alguien", indicaron sus abogados, Juan José Moreno y Samuel Holgado.

Respecto a la posesión del arma declaró tenerla como autodefensa, y en cuanto a su acción de cortarse el pelo y la perilla declaró que lo hizo porque sabía que tener un arma sin licencia es delito y no quería que los clientes de su bar le relacionaran con el tiroteo de La Madrila. El fiscal, como ya publicó este diario el pasado sábado, estima que lo hizo para no ser reconocido y eludir la acción de la justicia.

PROCESO JUDICIAL El fiscal encargado del caso, Javier Montero, ya ha anunciado su intención de imputar al detenido un delito de asesinato, "pues hay base suficiente para ello, ya que se entiende claramente que el hecho ha sido alevoso", y pedir por él 20 años de prisión, que es la pena máxima que para este delito contempla el Código Penal. Le imputará, además, los de tenencia ilícita de armas, por el que pedirá dos años, y maltrato familiar, castigado con un año.

Por su parte, los abogados Samuel Holgado y Juan José Moreno, que han asumido la defensa del acusado, manifestaron ayer a este diario que solicitarán que el hecho se califique como homicidio --castigado con penas de entre 10 y 15 años de prisión--, "pues en este caso parece claro que no se ha querido matar a nadie, que no hubo intencionalidad de matar al joven fallecido". Y, asimismo, la aplicación de atenuantes, como obcecación y alteración por la ingesta de alcohol.

Lo que aún no parece claro es si pedirán al juzgado la libertad provisional para el detenido, "pues esto es algo que habrá que decidir una vez estudiadas todas las pruebas e informes del caso".

Pero la familia del joven fallecido quiere un castigo ejemplar para el autor del crimen, y por eso ha decidido personarse en el caso como acusación particular, contratando para ello al letrado Angel Luis Aparicio. Este se desplazó ayer hasta el lugar de la tragedia para, a través de los testigos presenciales, conocer in situ cómo ocurrieron los hechos.

En una primera valoración, Aparicio mostró su total acuerdo con el fiscal, en el sentido de acusar al detenido de asesinato y solicitar la pena máxima, 20 años de prisión, y dos por la tenencia de armas. Adelantó a este diario, además, su intención de imputarle otro delito, "que estimamos puede existir, pero del que no puedo adelantar nada hasta conocer en profundidad la declaración del acusado".