El comedor de La Milagrosa atiende a 60 indigentes cada día y su número va en aumento. El Programa de Pisos Tutelados del Comité Antisida de Extremadura se ha hecho cargo de 70 personas con VIH en los últimos cinco años, y un alto porcentaje ha logrado reinsertarse socialmente. Ambos proyectos cuentan desde ayer con una nueva inyección económica municipal de 18.000 euros que contribuirá a su continuidad un nuevo año.

Los convenios fueron suscritos ayer en el salón de plenos del ayuntamiento por la concejala de Asuntos Sociales, Basilia Pizarro, y responsables de ambas entidades de ayuda. Mediante la firma de estos acuerdos, las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paul recibirán 12.000 euros para la financiación de su comedor social, en pleno casco antiguo, donde los transeúntes ven atendidas sus necesidades básicas desde hace 17 años (alimentación, ropa, duchas...). Muchos de estos sintecho son remitidos por Cáritas a través de un convenio municipal, y otros llegan cada día por su propia cuenta a tomar un sustento en condiciones.

AYUDA ANONIMA "No preguntamos nada a nadie, no hay distinciones, simplemente les damos nuestra ayuda", explica la hermana María Luisa Condón. El número de transeúntes oscila en torno a 50-60 diarios, incluso tiende a aumentar. "Cuando vemos casos que pueden tener algún tipo de solución, informamos a los servicios sociales", indica la religiosa. Pero además, la congregación brinda ayuda a cacereños sin recursos que necesitan cubrir sus demandas más básicas de alimentación y ropa.

Por su parte, el Programa de Pisos Tutelados para afectados por VIH recibirá 6.000 euros. Mediante este proyecto, el Comité Antisida pretende reinsertar en la sociedad a los enfermos que carecen de recursos económicos y de estructura familiar adecuada, ofreciéndoles una residencia estable donde pueden iniciar la normalización de sus vidas. El principal objetivo es la integración laboral, "ayudarles a encontrar un trabajo que le permita canalizar todos los demás aspectos", explica Maribel Alvarez, vicepresidenta del colectivo.

El Comité Antisida dispone de un piso en Cáceres y ofrece seis plazas para toda la región. "El programa funciona bastante bien: en cinco años han pasado alrededor de 70 personas y un alto número ha logrado salir adelante", señala la responsable.