El mercado franco dejará su actual ubicación en la Ronda de la Pizarra por un nuevo emplazamiento más amplio, más cómodo y menos problemático. Así lo desveló ayer el concejal de Movilidad Urbana y Seguridad Ciudadana, Carlos Jurado, al finalizar la comisión municipal en la que se abordaron este y otros temas. "El cambio se realizará a largo plazo, ni siquiera se ha decidido la nueva ubicación, pero queremos que sea definitiva en la medida de lo posible. No podemos estar trasladando el mercadillo cada diez años", declaró. Mientras tanto, la comisión también aprobó ayer el nuevo plan de seguridad que mejora los accesos y el tránsito por el actual mercado, y acordó la ampliación de treinta nuevos puestos, hasta alcanzar un total de 520.

Durante la reunión, todos los grupos políticos decidieron de forma unánime abordar el traslado "pero con tiempo, de forma meditada, sin comenzar a estudiarlo hasta que tengamos varias ubicaciones alternativas para elegir. No queremos que se genere un debate sin fundamento", subrayó el edil, que pretende que los servicios técnicos del ayuntamiento "trabajen con total libertad, sin ingerencias ni preferencias marcadas, en la búsqueda de los sitios más idóneos". De hecho, al mercadillo le quedan al menos dos años de concesión en su actual espacio.

ZONA SATURADA La necesidad de trasladar los puestos se hace cada día más evidente. "Cuando se dejó el Rodeo para ocupar la Ronda de la Pizarra había pocos vecinos en la zona, pero actualmente está rodeado de residenciales, apenas existe aparcamiento y resulta difícil acudir en coche", explicó el edil, recordando que los propios residentes han llevado a cabo una campaña de firmas para pedir el cambio de ubicación. Según Jurado, el nuevo emplazamiento "debe ofrecer seguridad suficiente y estar bien comunicado. Cuando exista una propuesta, la debatiremos e informaremos a los vecinos", agregó.

Hasta entonces, el concejal pretende "continuar con la línea que estamos manteniendo en la Comisión de Seguridad, de ir solventando los problemas poco a poco. Por eso acabamos de aprobar un nuevo plan de seguridad que esperemos que minimice los problemas que ahora sufre el mercadillo", dijo. Este dispositivo, que lleva cinco meses en estudio por parte de la Policía Local, la Concejalía de Obras y la Oficina Municipal de Información al Consumidor, pone orden en la distribución de los aparcamientos y en la ubicación de los puestos, y permitirá una intervención más rápida por parte de los servicios de emergencia en caso de cualquier necesidad.

"En primer lugar dejaremos despejados todos los accesos, reubicando para ello los aparcamientos de los coches y sobre todo de las furgonetas de los vendedores, de modo que las ambulancias o los bomberos puedan entrar con más celeridad", explicó ayer el superintendente de la Policía Local de Cáceres, César García. El nuevo plan también libera las entradas a los bloques de las 232 Viviendas, a las casas bajas de Las Trescientas y a otros edificios de la zona como Cocemfe, y dejará diáfanas las distintas confluencias de la Ronda de la Pizarra con otras vías.

MAS PASILLOS CENTRALES Asimismo, prosigue César García, se abrirán tres pasillos nuevos que comunicarán las dos calles del mercado (hasta ahora solo había uno en el centro), "para facilitar el trasiego de los viandantes, que está un tanto limitado". Todo ello ha obligado a mover ligeramente la ubicación de los vendedores. En cuanto a los treinta nuevos puestos, se emplazarán en la parte superior de Ronda de la Pizarra hasta alcanzar el cruce con la avenida de Dulcinea, y comenzarán a funcionar en cuanto obtengan la licencia municipal preceptiva.

Por último se han fijado y protegido los hidrantes para evitar que los coches aparquen al lado, y solo queda pendiente el plan de acceso y evacuación de todas las viviendas de la zona que está elaborando el Sepei cacereño.