Cáceres no subirá los impuestos en 2010. Y no lo hará pese a la delicada situación económica de las arcas municipales y al tijeretazo de 3,6 millones de euros, cantidad que la ciudad dejará de ingresar del Estado el año que viene. Pero el ayuntamiento no está dispuesto a elevar las tasas bajo el argumento de que no se puede hacer pagar más a los que menos tienen. Así lo anunció ayer el concejal de Economía y Hacienda, Lorenzo de la Calle, al término de la junta local de gobierno, en la que se marcaron las líneas maestras del próximo ejercicio presupuestario. "A igual presión fiscal el sacrificio y el esfuerzo fiscal es mayor en el caso de los ciudadanos con menos recursos", sentenció el concejal.

De la Calle recordó que hace unos meses el gobierno que preside Carmen Heras le encomendó la difícil tarea de gestionar las cuentas del 2010, claramente castigadas por la situación generalizada de crisis económica. Se manejaba entonces la posibilidad de estudiar cuáles podían ser los mecanismos para elevar los ingresos y qué tributos se podrían actualizar cara a conseguir una cantidad que pudiera equilibrar el presupuesto.

Pero "una decisión gubernamental de subir los impuestos no puede ser aleatoria, tiene que estar sustentada". Así que la cartera de De la Calle hizo un estudio pormenorizado de la presión fiscal y del esfuerzo fiscal en la ciudad de Cáceres. La presión fiscal es un dato objetivo que mide la proporción de renta que un individuo está obligado a satisfacer en tributos. Sin embargo, el esfuerzo fiscal es el sacrificio que a ese individuo le supone el pago.

Para desarrollar este estudio, el gobierno tomó, por un lado, datos oficiales de La Caixa y del Ministerio de Economía y Hacienda. Por otro, realizó una comparativa entre Cáceres, Badajoz y Mérida centrándose en el IBI (el impuesto estrella, el que nutre con mayor proporción los ingresos municipales). Conseguidos los datos, el ayuntamiento disponía ya del recorrido fiscal que el gobierno podría aplicar para subir los impuestos.

Pero esos datos no convencieron a De la Calle, que desechó definitivamente la idea de aumentar la presión fiscal porque en el único impuesto que podría aplicarse esa subida era en el de vehículos (de las tres ciudades estudiadas Cáceres es donde menos se paga por este impuesto) y esa subida solo reportaría 1 millón de euros a las cuentas municipales.

"Creo factible --dijo ayer De la Calle-- que ese millón se puede aplicar en políticas de austeridad de gasto corriente, porque si es un momento en el que todos los ciudadanos se aprietan el cinturón el ejemplo también tiene que partir de las administraciones".

El portavoz del gobierno dejó claro que esta medida se aplicará sin reducir el gasto social y que el objetivo se logrará porque la esencia del presupuesto "será su equilibrio".

Así las cosas, la semana que viene todas las concejalías deberán tener encima de la mesa de Lorenzo de la Calle sus prioridades presupuestarias. El gobierno parece, no obstante, estar tranquilo aunque a la pérdida estatal haya que sumar la bajada prevista por la recaudación municipal que en las tasas indirectas se prevé en un 19,23%.

Pese a todo, los impuestos no se tocan y solo se harán modificaciones puramente técnicas de las ordenanzas fiscales que no afectarán ni a las bases ni a las cuotas ni a la liquidación final del tipo impositivo a pagar.

TABLAS DE SALVACION En este escenario de recortes, sí parece claro que la inversión del Fondo Regional de Cooperación se mantiene aunque con un ligero incremento del 1,96% y el nuevo Fondo Estatal de Empleo y Sostenibilidad Local, cifrado en casi 10 millones de euros, se convierte en una tabla de salvación de la inversión en Cáceres. De este dinero, casi 8 millones se destinan a obras y dos a ley de dependencia y educación. La próxima semana también comenzarán a evaluarse qué proyectos se ejecutarán, todo ello con el apoyo del resto de grupos políticos con los que, insistió De la Calle, "se negociará".