Ayer se conocieron dos de los datos destacados que conforman la liquidación del presupuesto del ayuntamiento del ejercicio de 2015. Una de estas cantidades es el resultado del remanente de tesorería para gastos generales a 31 de diciembre del pasado año, que es positivo en 2,7 millones, según la información a la que tuvo ayer acceso este diario. Esta cifra es relevante porque se rompe una racha de once años consecutivos con déficit.

La otra cantidad es el importe de la deuda que a esa fecha estaba por satisfacer de las obligaciones pendientes de pago, un débito que era de 17,5 millones, 3,6 millones menos que el año anterior y que en parte explica que el remanente de tesorería para gastos generales haya sido positivo. Entre las obligaciones que están pendientes de pago se incluyen las deudas con las empresas que tienen en concesión servicios públicos --autobús, recogida de basura--, con consorcios o de inversiones, entre otros gastos.

Hasta la semana que viene no se van a difundir la totalidad de los datos de la liquidación presupuestaria. Habrá que espera hasta entonces para conocer qué otros factores, además de la reducción de la deuda por obligaciones reconocidas, han influido en que se haya revertido un déficit de tesorería para gastos generales que se venía repitiendo desde hace once años, desde la liquidación del presupuesto de 2004.

Para determinar el remanente de tesorería para gastos generales hay que partir primero de los fondos líquidos y los derechos pendientes de cobro (de impuestos, de tasas, de aportaciones de otras administraciones...) que el ayuntamiento no había ingresado a fecha de 31 de diciembre tanto del presupuesto de 2015 como de los anteriores. A la cantidad que resulte de la suma de ambos conceptos se le restan las obligaciones que están pendientes de pago tanto de las cuentas de 2015 como de las de años anteriores (son los 17,5 millones citados). A la cifra que salga hay que restar los derechos pendientes de ingreso que son de dudoso cobro y la parte del remanente de tesorería que es finalista (para gastos con financiación afectada). El resultado final es el remanente de tesorería que queda para gastos generales.

El débito por las obligaciones pendientes de pago no es la única deuda que tiene el ayuntamiento. A los 17,5 millones, que son los que se tienen en cuenta para calcular el remanente de tesorería, hay que sumar la deuda por operaciones que están pendientes de aplicar al presupuesto, que a 31 de diciembre de 2014 ascendía a casi 4 millones de euros, y el débito de las operaciones de crédito con bancos que se amortiza anualmente con cargo a los presupuestos. Al cierre de 2016 quedarán pendiente de amortizar 14 millones de los tres créditos vivos. Uno de ellos, de 8,7 millones, es con La Caixa para pago de expropiaciones. El del Banco Sabadell es de la operación de pago a proveedores. Y del Santander se concertó en 2008 para inversiones. Además este año también vence la operación de tesorería por 5,1 millones que se contrató en 2015.