Desde que en marzo del 2001 se anunció que los soldados profesionales se formarían en las academias, lo que que significaba la desaparición del Cimov, el gobierno local ha mantenido dos posiciones: La base debe continuar con un fin militar y el ayuntamiento se opondrá a la reclasificación del terreno del Cimov para usos lucrativos (viviendas). El alcalde ha repetido este mensaje en sus últimas intervenciones, pero también ha empezado a hablar de que "uno no se puede cerrar en banda" si se ofrecen otras posibilidades que supongan "un gran beneficio" para la ciudad.

El tiempo corre en contra del objetivo de dejar el campamento para una utilidad militar. La última propuesta, el uso del centro para la formación de reservistas, que se debatió en la Comisión de Defensa del Congreso de los Diputados, se ha desestimado por entender el Gobierno que no puede limitar las función organizativa de las Fuerzas Armadas y porque es un proyecto sin concretar.

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Defensa, de momento, no ha informado de qué futuro espera al centro. Aunque, según ha repetido el alcalde en más de una ocasión, el ministerio se ha comprometido a comunicar antes al ayuntamiento cualquier decisión que se tome sobre el campamento. Por ahora, la última noticia sobre qué ocurrirá con la base es de marzo del 2002, cuando el Jefe del Estado Mayor del Ejército de Tierra dijo que el campamento se cerraría y que no había alternativas.

En cualquier caso, el ayuntamiento, si finalmente Defensa cierra sus instalaciones, tendría que reclamar al Gobierno compensaciones (económicas, cesiones de terrenos, de la misma base, o nuevos servicios públicos) por la repercusión que tendrá el cierre del Cimov.

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