La Comisión de Economía del ayuntamiento dictaminó el pasado viernes la cuenta general del año 2017. Es la radiografía de la situación económica del consistorio a una fecha concreta, el pasado 31 de diciembre, y en sus números están recogidos los datos y resultados del presupuesto de 2017 y de las anualidades anteriores.

De la cuenta destaca el dato del remanente de tesorería paga gastos generales, que por tercer año es positivo después de una década de números rojos. En 2017 fue de 9,4 millones. Esta cantidad es el resultado, entre otros conceptos, de los derechos pendientes de cobro y fondos líquidos menos las deudas del consistorio y los saldos que son de dudoso cobro.

Pese a este resultado general positivo, por contra está la deuda (las obligaciones pendientes de pago), que ascendían a 16,1 millones, de los que 7,4 son pagos que a final de año quedaban pendientes del ejercicio de 2017. Solo 3,1 millones son de ejercicios presupuestarios anteriores al citado año, mientras que los 5,5 millones restantes son de operaciones no presupuestarias.

A esta deuda se suman los 3,8 millones de las obligaciones de pago que están pendientes de aplicar al presupuesto, cantidad que no se toma en cuenta para calcular el remanente de tesorería. La otra cifra que conforma la deuda del ayuntamiento es la que se mantiene de las operaciones de crédito pendientes de amortización, que a fecha del pasado 31 de diciembre era de 24,2 millones. El remanente de tesorería positivo obtenido en 2017 ha permitido rebajar en más de 5,3 millones la deuda con una modificación del presupuesto que se aprobó en mayo.

Frente a la deuda están los derechos que el ayuntamiento tiene reconocidos (de impuestos, tasas, multas, transferencias…), que a fecha de 31 de diciembre eran por importe de 35,5 millones. De esta cantidad hay 10,6 millones que se consideran de dudoso cobro y que no se computan para el cálculo del remanente de tesorería. Dentro de este saldo están todas las deudas que el ayuntamiento tiene pendiente de cobrar anteriores al ejercicio de 2012 (2,9 millones), además del 75% de las anualidades de 2012 y 2013 (3,8 millones), el 50% de las de 2014 (1,2 millones) y el 25% de las procedentes de los años 2015 y 2016 (2,4 millones).

Otra cantidad que destaca de la cuenta general es que hay una capacidad de financiación positiva de 791.646 euros, que es el resultado de la diferencia entre los ingresos reconocidos y las obligaciones o pagos más ajustes, con este resultado se cumple la estabilidad presupuestaria exigida por Hacienda. En ese dato positivo influye que en 2017 se reconocieron 68,5 millones de los cinco capítulos de ingresos corrientes, mientras que las obligaciones de gastos corrientes ascendieron a 66,7.

También se cumple con la regla de gasto, que Hacienda fijo en 2,1% para el año 2017. El gasto computable del ejercicio presupuestario de 2016 ascendió a 56,4 millones, mientras que el gasto en la liquidación de 2017 fue de 57,3, una variación al alza de 943.738 euros, dentro del límite del 2,1%.