El ayuntamiento no permitirá el botellón en La Madrila pero no desalojará la plaza tras la fiesta universitaria prevista para la medianoche de este jueves. «No se puede impedir que la gente esté en la calle», sostiene el consistorio en cuanto a las actuaciones que tomará para garantizar la convivencia y evitar las posibles molestias. Según detalla el portavoz del equipo de Gobierno, Andrés Licerán, habrá un dispositivo especial de limpieza y más presencia policial para controlar que no se consuma alcohol en las inmediaciones. «Se va a hacer cumplir la normativa que prohíbe beber bebidas alcohólicas en la calle, como otro día cualquiera», pone de manifiesto.

En cuanto a los posibles ruidos que puede provocar la acumulación de público en la plaza, apela a la responsabilidad de hosteleros y asistentes para que entren en los locales una vez que se rebase la hora del permiso, diez minutos después de las doce. «Entendemos las quejas iniciales de los vecinos y vecinas pero no podemos prohibir dinamizar la ciudad, producir ocio para la juventud y negocio para los empresarios cacereños, por lo que abogamos por el equilibrio entre todos estos factores y el respeto a las normas y el derecho al descanso», insiste Licerán y refrenda así lo que ya expuso esta semana el propio alcalde, Luis Salaya, que defendió la fiesta bajo el argumento de que «Cáceres no será una fiesta desenfrenada pero tampoco un cementerio».

El permiso que se ha concedido se extiende durante algo más de una hora, desde las 23 horas hasta la medianoche. En ese periodo, los promotores de la Nochevieja Universitaria, varios hosteleros de lo que se conoce como La Madrila baja, podrán instalar una pantalla gigante y simularán unas campanadas con gominolas de la ‘suerte’. La concesión de esta autorización, que anunció el propio Licerán tras la pasada Junta de Gobierno, ha generado malestar entre los vecinos del barrio, que llegaron a tildar la propuesta como un «intento de venganza». Desde un principio, la asociación vecinal liderada por Miguel Salazar se mostró escéptica sobre la posibilidad de garantizar la convivencia y el descanso de los residentes y planteó la posibilidad de formalizar una queja. Finalmente, esta semana anunció que aguardarán a que se celebre la fiesta y acudirán a los tribunales si no se cumplen los términos de horarios y hay ruidos.

En los últimos años la Nochevieja universitaria se ha celebrado siempre en la periferia, en la zona del Recinto Hípico. Esta decisión de devolver la fiesta al centro de la ciudad y en concreto a la plaza de Albatros se produce mientras cumplen su pena de prisión los once hosteleros de La Madrila baja que fueron condenados por ruidos tras un litigio que enfrentó a empresarios y vecinos y en el que también se condenó a una alcaldesa y un concejal. Coincidirá también la fiesta universitaria con una celebración con migas y animación que organizan este jueves a partir de las 19.00 horas los vecinos de La Madrila en su sede con motivo de las Navidades.