La cota del pantano de Alcántara, nivel del que depende el trasvase de agua desde el Almonte al Guadiloba, que ayer estaba al 44,6% de su capacidad, ha subido medio metro en la última semana, lo que aleja, por ahora, el peligro de que se vuelva a cortar el que es el principal abastecimiento de agua a Cáceres a causa de la escasez de precipitaciones. Pero la situación sigue siendo preocupante, destacó el coordinador del comité de la sequía, el concejal José Joaquín Rumbo, un órgano que se reunió ayer y que decidió que se intensifique la campaña de ahorro de agua.

A la reunión del comité asistió la junta directiva del colectivo de administradores de fincas urbanas con el objetivo de "implicarlos en la campaña de ahorro", según puntualizó el concejal. La nueva campaña se está definiendo y va a ser "más agresiva" que la de julio, apuntó Rumbo. La intención es que todos los usuarios del servicio reciban una carta personalizada junto al recibo en la que se informe de medidas y de la necesidad de ahorrar.

A pesar del incremento de la cota de Alcántara, en el comité preocupa que con la llegada del frío y la necesidad de Iberdrola de utilizar agua para producir energía se produzca un descenso considerable del nivel del embalse, al igual que ha ocurrido en años anteriores. El trasvase de agua al Guadiloba, aunque está en el río Almonte, se encuentra dentro del embalse de Alcántara, por lo que cualquier incidencia en Alcántara afecta al trasvase, sobre todo si baja de la cota 194,50, donde están las bombas que cogen el agua, algo que ocurrió a finales de marzo y a principios de abril, cuando el trasvase estuvo fuera de servicio, y que casi se repitió en la última semana de septiembre, cuando tampoco se trasvasó ante el temor de que un descenso brusco de Alcántara dañase las bombas.

BAJAR LA COTA Por este motivo y para no depender tanto del comportamiento de Alcántara, Rumbo reiteró que se mantiene el proyecto de bajar las bombas (hay cuatro dentro del agua) a una cota inferior, "a tres metros más abajo", indicó. En el comité de ayer se informó de la contratación, por un importe de 8.000 euros, de un equipo de buzos que realizará un estudio del fondo del río para determinar donde se levantarán los dos pilares que hay que construir para prolongar los carriles en los que van colocadas las cuatro bombas.

Ya se hizo un primer análisis del fondo del río para conocer su profundidad y saber si era posible bajar la toma; una vez confirmado, ahora hay que analizar el grosor del fango depositado en el fondo del río. Rumbo explicó que una vez cerrado el proyecto y autorizado por la Confederación del Tajo, el plazo de ejecución de las obras se estima en un mes y medio o en dos meses. Las primeras cifras que se dieron sobre el coste de la actuación determinaban un valor de entre 350.000 y 400.000 euros, que en principio intentaría financiar el ayuntamiento, sin que se descarte pedir colaboración externa.

El coordinador del comité de la sequía precisó que en principio no se prevén ni restricciones ni acciones extraordinarias, pero apuntó que si se llegase "a una situación límite" se contemplarían medidas contra "los consumos excesivos". El edil recordó que el gasto medio en Cáceres es de "de 25 a 30 metros (de 25.000 a 30.000 litros) cúbicos al mes". Otro dato ofrecido ayer fue que en lo que va de mes se han recogido 27,7 litros de lluvia por metro cuadrado, cuando la media de los meses de octubre de los últimos cinco años fue de 58.