El concejal de Obras, Joaquín Rumbo, lanzó ayer una llamada al civismo ciudadano durante su visita a la ermita de los Santos Mártires, que será adecentada con motivo de la próxima festividad de san Sebastián y san Fabián y que, como cada año, está infectada por las pintadas de gamberros que la utilizan de forma asidua para la realización de este tipo de prácticas. El edil recordó que el ayuntamiento invierte cada año 3.000 euros en encalar la ermita y que estos trabajos deben llevarse a efecto porque los graffiti son una práctica habitual. El responsable municipal indicó que es difícil controlar a los autores --en el centro de la ciudad también se producen estos hechos-- y apeló a que los jueces impongan multas importantes a quienes sean detenidos.