El ayuntamiento negocia con Canal de Isabel II, la concesionaria del servicio del agua en Cáceres, y la inspección de servicios posibles soluciones a las tuberías con plomo en el Casco Antiguo. Según detalla el consistorio, ya se han ordenado informes para buscar alternativas y sustituir las acometidas en las que se ha detectado el metal tóxico para el consumo debido a la antigüedad de la red de abastecimiento del barrio.

Precisamente, para pedir que se agilicen las actuaciones municipal, el barrio organiza una protesta este fin de semana en la sede vecinal del Arco del Cristo. La acción, coordinada por la asociación vecinal y Las Sin Carpa, consistirá en elaborar una escultura con botellas de plástico para simbolizar el impacto que genera la presencia de plomo en las tuberías y que obliga a los vecinos a consumir agua embotellada. No es la primera vez que los vecinos urgen actuaciones al consistorio.

Este mismo año la propia asociación vecinal convocó varias asambleas para exigir el cambio de las tuberías que están afectadas y acordó demandar al consistorio por la titularidad de las tuberías de agua para revocar el informe municipal que alegaba que las acometidas son competencia de los vecinos. También avanzaron los residentes que pedirían que se depuren responsabilidades por la «pasividad» a la hora de cumplir la normativa que prohíbe desde 2012 la presencia del metal en el agua en las ciudades. En campaña, el actual alcalde, Luis Salaya, se comprometió a cambiar la red de abastecimiento y convocará ayudas para sustituir las acometidas que sean competencia de los vecinos. La alarma se inició en 2018 cuando un vecino cambió un contador y descubrió que la acometida era de plomo. Desde entonces, un centenar de vecinos han denunciado la presencia del metal en sus tuberías y se han realizado análisis en más de 200 domicilios.