En las zonas saturadas no se pueden conceder nuevas licencias de bares y hay que prevenir la saturación en los barrios emergentes de la ciudad. Estas son dos de las principales cuestiones que ayer se abordaron y quedaron claras en el primer encuentro entre la concejala de Dinamización, María José Casado, y los técnicos municipales que estudian las posibles alternativas en la reforma del ocio en la ciudad. La reunión, que se celebró en las dependencias de Urbanismo del ayuntamiento, se centró en el análisis de un borrador de la Ordenanza Municipal de Protección del Medio Ambiente en Materia de Ruidos y Vibraciones a partir de los textos que regulan esta materia en otras ciudades como Salamanca, Gijón o Valladolid.

En cuanto a las zonas saturadas, se mantiene esta condición en la plaza Mayor y aledaños, calle Pizarro y La Madrila, donde la saturación es más grave. Las restricciones afectarán, en principio, a la concesión de nuevas licencias, pero no al cambio de licencia de los locales, muchos de los cuales ya han solicitado un cambio de actividad que les permita funcionar como café concierto. A todos los que lo pidan se les exigirá que cumplan la normativa en cuanto a insonorización, prevención de incendios o medidas de seguridad.

PREVENCION Otra de las preocupaciones del gobierno local en la nueva normativa es "prever la saturación en barrios emergentes como el Nuevo Cáceres", según destacó ayer Casado. Aunque la edil niega que en estos momentos presenten problemas de aglomeración de bares, "es previsible que con el tiempo cambie la situación y las normativas deben estar preparadas para ello", señaló.

También quieren anticiparse y regular la posible habilitación de un centro de ocio en la ciudad, algo que no recoge la normativa actual pero que hay que considerar porque "es algo que tenemos en mente".

En cuanto a los horarios de los bares de copas, el ayuntamiento actuará para evitar que "reabran a las seis de la mañana como si fueran a servir café condo en relidad siguen poniendo copas" y creen que el principal problema que se genera en estos casos es el ruido por a aglomeración de gente en la calle.

Sobre esta cuestión, la responsable de Dinamización apeló también a la "generosidad" de los vecinos y hosteleros de La Madrila para llegar a un entendimiento mutuo y lograr una solución válida y con el máximo consenso posible. Según Casado, cuando haya una normativa más definida se presentará ante "todos los agentes implicados", lo que incluye no solo a vecinos y hosteleros, sino también a los jóvenes.