El anuncio se ha realizado muchas veces, pero nunca se ha llevado a cabo, aunque esta vez parece que la decisión es firme. El concejal de Movilidad Urbana y Seguridad Ciudadana, Carlos Jurado, avanzó ayer la intención del nuevo Gobierno local de restringir las tarjetas de acceso de vehículos a la parte antigua. "Es ilógico que existan ahora mismo 700 tarjetas en circulación cuando el número de residentes no llega a 400", precisó. De hecho, el asunto se abordará esta misma mañana en la Comisión Municipal de Tráfico y Seguridad, donde se sentarán las bases para aplicar la medida de forma definitiva antes de fin de año, aunque previamente se dialogará con los sectores implicados.

El recinto histórico se restringió al tráfico el 3 de febrero del 2003, mediante un sistema de control a través de cámaras y pivotes móviles que supuso 360.000 euros de inversión procedentes del Plan de Excelencia Turística. Pero muy pronto los vecinos comenzaron a denunciar el acceso continuo de vehículos y la extensión de numerosas tarjetas sin motivos de peso. La anterior corporación local reconoció esta situación y anunció en varias ocasiones un recorte y un mayor control, pero nunca llegó a materializarse. Carlos Jurado afirma que ahora sí se acometerá, "porque de lo contrario, ¿para qué nos hemos gastado una millonada en el sistema? No se puede jugar con el dinero público", dijo ayer.

PIÑUELAS: DE 90 A 15 PASES En el control de acceso a la plaza de Piñuelas, por ejemplo, hay 90 tarjetas autorizadas que se quedarán en unas 15 cuando el ayuntamiento las racionalice. Este es un enclave especialmente colapsado, si bien la restricción se aplicará en mayor o menor medida, según proceda, a todos los puntos de entrada.

El edil sabe que se trata de una medida impopular, "pero o lo hacemos correctamente o no tiramos el dinero del contribuyente en pivotes", afirmó, todo ello sin olvidar las causas que aconsejaron la restricción de la parte antigua: el perjuicio que provoca el tránsito excesivo de vehículos por el casco histórico y el impacto visual que causan los coches. "No se trata de fastidiar a nadie, ni mucho menos, pero si al final tiene tarjeta todo el que quiere, mejor ser honestos y abrir la ciudad monumental --ironizo Carlos Jurado--. El problema es que ha habido un dispendio, se han entregado a todo el mundo", denunció el concejal, recordando que cada uno de estos pases cuesta alrededor de 40 euros al ayuntamiento cacereño.

Según los cálculos del edil de Tráfico, "como mínimo habrá que reducir 200 tarjetas". El estudio ya se ha realizado y en la comisión de hoy se fijará la metodología a seguir para que la situación se haya normalizado antes de que concluya el ejercicio.

PERIODO DE CONSULTA También hoy se abrirá un periodo amplio de consulta con la Asociación de Vecinos de la Ciudad Monumental, los residentes, los hosteleros, el personal del rectorado de la Universidad de Extremadura y otros afectados. Los pases serán revisados uno por uno y el ayuntamiento cacereño está dispuesto a escuchar a todos para que la medida se aplique de una forma sensata pero al mismo tiempo efectiva.