Desde hace un mes, se les puede encontrar en cualquier feria, bien facilitando información o vendiendo productos de la asociación placentina Placeat, pero también sirviendo café o colocando al público en su butaca para cualquier acto del colectivo y siempre con una sonrisa en la cara. Son los azafatos y azafatas de la asociación prodiscapacitados intelectuales Placeat que, sin ánimo de hacer la competencia a nadie, han demostrado que están tan capacitados como el que más para atender al público.

La asociación que dirige Paco Valverde ha seguido el ejemplo de las federaciones de discapacitados de Oviedo y Aragón y ha formado en esta tarea a un grupo de quince usuarios elegidos entre los que tienen un nivel mayor de autonomía y hacen incluso vida independiente. Se trata de Tomás, Belén, Esther, Salud, Jose Luis, José Luis Aparicio, Mari Carmen, Abel, Modesto, Angélica, Yolanda, Puerto, Jacinto, Arancha y Rosa y son fáciles de reconocer porque, como auténticos azafatos y azafatas, también llevan uniforme. Así, en cada acto se les puede ver enfundados en pantalón, camisa, chaleco, corbata para los chicos y fular para las chicas y zapatos, todo en los colores de Placeat, que son el azul, blanco y negro.

Con uniforme propio

Como explica Paco Valverde, el grupo y la asociación se lo han tomado en serio porque han tenido un entrenamiento previo que ha durado unos dos meses. Así, desde el mes de septiembre han aprendido a manejarse, "en habilidades sociales, el saludo, la forma de dirigirse a las personas y están tan contentos que no caben en su chaleco azul", decía orgulloso Valverde.

Con la lección aprendida, ya han tenido la oportunidad de poner en práctica su don de gentes en la reunión regional de familias que se celebró en Plasencia, en la asamblea extraordinaria de Placeat o en el reciente salón regional de las capacidades, donde no han tenido reparos en ponerse tras un expositor y ofrecer al público información y productos del colectivo.

Valverde destaca que con esta nueva responsabilidad han ganado, sobre todo, "mucha más confianza en sí mismos y es una forma de integración o inclusión social". Tomás, uno de los azafatos, habla en nombre de sus compañeros y no tiene más que palabras de satisfacción: "Me gusta muchísimo, lo que más, cuando hemos servido el café a la prensa aquí en Plasencia y cuando me toca hacer cualquier cosa. Me gusta mucho el trato con la gente y todos estamos muy contentos con el trabajo que hacemos".

La asociación ha ofrecido ya el servicio de estos azafatos a la Consejería de Bienestar Social de la Junta y al ayuntamiento, pero está abierta a todo colectivo que les necesite para cualquier acontecimiento. Ellos, sin duda, pondrán lo mejor de sí mismos.