La recién publicada convocatoria para ingresar en el Ejército y formarse como soldado profesional, con 1.500 plazas en todo el país, de ellas 611 en el Cefot cacereño, llega como un rayo de esperanza para muchos jóvenes que buscan un futuro estable. Además, durante los últimos años no han abundado precisamente las convocatorias del Ministerio de Defensa: en 2010 solo hubo una, en 2011 cuatro, en 2012 ninguna, y en 2013 de momento una (los soldados ingresarán el próximo octubre). Sin embargo, esta vez se introduce una singularidad: las plazas que vayan quedando vacantes por bajas durante los primeros días, serán cubiertas por nuevos aspirantes.

De este modo, el Cefot tiene garantizada la cobertura de sus 611 plazas, o casi, salvo bajas posteriores que suelen ser menos frecuentes. Y eso se traduce en más de 600 jóvenes desplazados a Cáceres durante cuatro meses. Concretamente, los alumnos que decidan dar marcha atrás y abandonar Santa Ana (u otras unidades similares) en los 20 días siguientes a su ingreso, porque entienden que ése no es su camino o por problemas de otra índole, se irán sustituyendo por quienes hayan quedado fuera de las plazas. De este modo no se desperdiciarán oportunidades ni empleos. Pasadas tres semanas finalizará dicha posibilidad, ya que los nuevos alumnos no podrían recuperar el tiempo ni ponerse a la altura del resto.

"Durante los primeros días es cierto que se marchan algunos jóvenes porque no encajan en la vida del Ejército", explica el coronel jefe del Cefot, Enrique Martín Bernardi. "Las bajas llegaron al 20% hace años, pero ahora no se pasa del 10%. Además, esta posibilidad de relevo es positiva porque así se garantiza que el alumno que continúa adelante lo hace porque está convencido, máxime en un ejército profesional con mayores exigencias y con misiones internacionales que exigen una óptima preparación", detalla Martín Bernardi.

Se da por seguro que será una convocatoria muy solicitada. En los últimos ciclos se contabilizaron hasta veinte aspirantes por plaza, y la selección fue dura debido al cambio del perfil del alumno, con mayor nivel medio de estudios incluidos titulados universitarios. Quienes logren ingresar en el Cefot permanecerán cuatro meses en Cáceres: dos de ellos recibiendo la formación general militar, posteriormente jura de bandera, y otros dos de la llamada formación específica, para partir más tarde a sus respectivos regimientos.

Los soldados firmarán un compromiso de dos años que se amplía a tres. Durante ese tiempo cobran alrededor de 800 euros mensuales más complementos. Una junta de evaluación valorará al final de este periodo si son aptos para continuar en el Ejército, y el propio militar también puede rescindir el contrato.

Tras el actual curso de cabos, que concluirá el 28 de junio, la base cacereña comenzará a trabajar al detalle en el próximo programa de los alumnos que ingresarán en octubre, poniendo en valor todas las actualizaciones de los planes de estudio realizadas en el último año.