En ese momento, Balboa ordena a sus hombres que se detengan (...) esa primera vista del océano desconocido no quiere compartirla con ninguno (...) Cuando llega a la cumbre (...) yace inacabable el mar, el nuevo, el desconocido. Vasco Núñez de Balboa mira y mira, ufano y feliz, disfrutando al saber que sus ojos son los primeros de un europeo en los que se refleja el infinito azul de esas aguas". De esta manera tan sencilla pero tan solemne nos describe Stefan Zweig el descubrimiento del Pacífico ese 25 de septiembre de 1513.

Y ahora, cuando nos vemos inmersos en la celebración del quinto centenario de ese hecho, podremos alegrarnos de que un extremeño de Jerez de los Caballeros protagonizara en primera persona uno de los hitos más notables de nuestra historia. No sé qué pensará usted pero yo creo que son muchos los extremeños que no son verdaderamente conscientes de la verdadera trascendencia de este asunto, por lo que debemos celebrar que nuestras instituciones le estén dando la importancia que se merece. Es cierto que las motivaciones de Balboa fueron, como por otra parte ocurrió con todos los conquistadores de la época, más bien de otra índole, pero nos dejó para la posteridad un "instante imperecedero" que forma parte de nuestra historia común. Vasco era hijo de una familia noble de Jerez y como muchos nobles de la época acudió a la llamada del oro y de las riquezas del Nuevo Mundo.

Por una serie de rocambolescas casualidades, algunas de ellas directamente relacionadas con su propia supervivencia, aceptó el reto de seguir explorando. Para ello puso su valor y su arrojo al servicio de una expedición que sufrió toda suerte de dificultades antes de cumplir el objetivo deseado. El final de Balboa, coincidiendo en esto también con muchos conquistadores del Nuevo Mundo, fue trágico, mucho más teniendo en cuenta que su antiguo amigo Francisco Pizarro fue clave en su muerte. Así que, aprovechando la celebración, hábleles a sus hijos de Balboa y del Pacífico; cuénteles los hechos; ayúdeles a saber y a conocer. Será una manera humilde pero leal de continuar la historia.