Entre debates vacíos, besos ocurrentes-concurrentes y pasos en falso hacia la creación de un gobierno camina la primera semana de marzo en nuestro país. Una semana marcada --mediáticamente-- por la política, y que la mayoría de nosotros "desmarcamos" en pro de otras prioridades. Varios meses en los que algunos sienten España como "res derelictae", cual cosa abandonada esperando a ser poseída, y otros como "res nullius" pues creen que jamás tuvo dueño. Y sí, no hablo de tierras, ni de personas, ni de regiones, sino de España y españoles como cosas; puesto que llegados al punto en el que estamos, parece que no somos más que un balón en medio campo, en un partido en tiempo muerto.

No sé si este hecho les preocupa, y son de los que no pierden detalle a cada jugada, o son de los que tan sólo espera ver en las noticias el resultado final del encuentro. Pero el tiempo pasa, y son muchos los que, aburridos por tal demora, obvian la prórroga y deciden cambiar de canal.

Abocados, probablemente a un receso hasta junio, la duda nos asalta: Si se repite el encuentro, ¿esta vez hemos de posicionarnos como meros espectadores o quizás hayamos de hacerlo como árbitros? ¿cuál debería ser realmente nuestro papel? Mientras tanto, y a riesgo de equivocarnos en tal elección, pasará otro trimestre sin vencedores ni vencidos, y con demasiados jugadores sentados en el banquillo.

La quiniela sigue a "X", y hay quienes ya han retirado su apuesta, no es para menos. Parece que, en general, la mayor preocupación es quién está más tiempo jugando, y no lo que realmente está en juego. Este ya es un encuentro a vida o muerte, disfrazado de partido amistoso, en el que no hay falta que lleve a expulsión, ni reglas previamente establecidas.

Les preguntaba antes si les preocupaba o no la disputa, quizás debí referirme al resultado, y en si confían o no en que el objetivo final vaya más allá de llevarse un trofeo que enseñar a las visitas, para convertirse en un compromiso formal de hacerse cargo del balón, y no patearlo en exceso los próximos cuatro años.