Si no tienes para encender un fuego en la cocina, ¿cómo vas a dar garbanzos para que los guisen? Si a quien los necesita se los entregas precocinados, también favoreces un ahorro energético». La declaración la firma Juan Carlos Fernández Rincón, presidente del Banco de Alimentos de Cáceres, tras la campaña de recogida para las navidades venideras, que concluyó hace escasos días. La operación ha presentado en 2016 una significativa novedad con respecto a la de otros años: la pobreza energética y la cada vez más creciente concienciación social en torno a ella ha llevado a la Fundación a recoger comida enlatada, que no precisa fuegos ni suma cantidad alguna a la factura de la luz.

«Este año hemos insistido en ese tema para evitar los gastos que conlleva el encender los aparatos. Nosotros somos conscientes de que es un asunto muy necesario», valora Fernández. En total, 115 asociaciones de la provincia se beneficiarán de la recogida del Banco de Alimentos de Cáceres. Entre ellas se encuentra Cáritas diocesana Coria-Cáceres, cuyo presidente, José Manuel López Perera, explicó, como publicó este periódico el pasado miércoles, que de enero a octubre del 2016 destinaron más de 20.000 euros a facturas de suministros de familias vulnerables, de los que 16.700 fueron para 334 ayudas en electricidad. «Algunos no piden ayudan hasta que no pueden más», apreció López Perera.

La novedad puesta en marcha en la campaña navideña de este año, donde unas 9.500 personas (alrededor de 2.700 familias, según indica Juan Carlos Fernández) podrán llenar su despensa gracias a Fundación Banco de Alimentos, no es la única. También han recogido pañales y artículos para bebés a beneficio de otras asociaciones con las que colaboran. Aunque, por lo general, las demandas más repetidas siguen siendo leche y aceite. «Ahora vamos a comprar también, con algo de presupuesto que nos quedaba por ahí, polvorones y dulces para que todos intenten pasar unas navidades dignas», dice el presidente.

Ahora, con la campaña de recogida de alimentos ya concluida, desde la fundación proceden a clasificar todos los kilos obtenidos, unos 148.000 en total, según el último recuento en el que ya han incluido lo recaudado en Miajadas, Trujillo y Navalmoral. «La idea es repartirlo todo los días 19, 20 y 21 de diciembre, para que la Navidad llegue pronto. Ten en cuenta que tenemos una sede en Plasencia y hay asociaciones beneficiarias que tienen que venir desde lejos, la Sierra de Gata y la zona norte», razona.

EVOLUCIÓN // Con todo, en las presentes navidades se ha producido un descenso de las personas beneficiarias de la acción de esta fundación con respecto a la de otros años. Lo explica también el propio Fernández. «Los peores años fueron 2013 y 2014. Hemos llegado a atender a unas 11.500 personas. Ahora ha habido una bonanza económica y también hemos realizado un control muy exhaustivo del movimiento», afirma. El pasado año, prosigue, contrataron a una trabajadora social que entrevistó uno a uno a todos los beneficiarios y, gracias a ello, consiguieron mejorar el servicio. «Se han rebajado casi 2.000 personas» dice. Por ello, quizás, no importe tanto que la cantidad de alimentos recaudados también se haya visto reducida con respecto a la campaña del año pasado. Se ha pasado de los 170.000 kilos de entonces a los 150.000 actuales.

Todo, alaba Juan Carlos, hay que agradecérselo a los voluntarios con los que ha contado la fundación para la campaña que ha finalizado recientemente. Los cifra en 1.200. «Ahora están trabajando alrededor de unos 20 en la zona de la administración para clasificar los alimentos», sostiene. Por último, celebra la condición de Cáceres como la cuarta provincia más solidaria de España, «como ya se reconoció en su momento», y recuerda la repercusión de la concesión de la Medalla de Oro de Extremadura y también de la más reciente Medalla de Oro de la ciudad de Cáceres. «Fue muy grande y deja la sensación del trabajo bien hecho. Todo se lo debemos a los cacereños y a los voluntarios», afirma.

NECESIDADES BÁSICAS // El decreto de mínimos vitales de la Junta de Extremadura ha permitido que en la capital cacereña se hayan invertido alrededor de 10.000 euros en pagar 188 facturas, según los datos aportados a este diario. Aunque la cifra no merece celebración si se tiene en cuenta el carácter «restrictivo» del decreto, según señalan desde Asuntos Sociales, ya que no propicia el pago el 100% del recibo, solo el consumo, y solo engloba las deudas contraídas durante los últimos seis meses y con límites de 300 euros. Desde el organismo afirman, además, que se usaba si la familia tenía obligaciones dinerarias pendientes a las que pudiera hacer frente y admiten que la medida ha causado trabas en su aplicación.

Además, existe una partida de fondos propios para que la ciudadanía que lo necesite pueda hacer frente a las necesidades básicas, como el pago del recibo de la luz o de agua, además de otros productos de higiene o de alimentación, así como material escolar o vivienda. Todo ello ha supuesto un desembolso para Asuntos Sociales de casi 40.000 euros.