La ciudad incorpora un nuevo elemento a su imaginario que centra las tertulias. La bandera de 24 metros cuadrados que luce en Cánovas atrajo las miradas de curiosos desde el día de su inauguración. Este miércoles medio centenar de cacereños fueron testigos de una ceremonia a la que asistieron representantes de las fuerzas de seguridad del estado y autoridades políticas regionales y locales y en la que los militares elevaron el estandarte. Ayer no eran menos los que alzaban la vista a su paso por el céntrico bulevar para observar cómo ondeaba la tela al viento. Los asiduos al paseo y los viandantes fortuitos asimilaban aún la presencia de la tela con opiniones enfrentadas.

Los cacereños debaten su posición: hay quien manifiestan su acuerdo unánime y quien critican que no es necesario el gesto de patriotismo. José Luis Duarte tiene 70 años y cada día frecuenta el bulevar en el que está instalada la bandera. Se detiene en el paso de peatones, eleva la vista y se mantiene durante unos minutos observando cómo lucen los colores con el viento. Él está de acuerdo porque el símbolo representa a «todos los españoles. «Me gusta mucho, estoy totalmente de acuerdo con que esté ahí», repite varias veces. Con José Luis coincide Manuela Portillo. La cacereña defiende la presencia del estandarte para proteger la «unidad» del país. En ese sentido y al hilo del conflicto catalán, manifiesta la importancia de que luzca en el paseo como reacción al desafío independentista. Una visión favorable comparte también el humorista José Luis Franco ‘Franquete’ que mostró su conformidad con la iniciativa. «No sobra que esté ahí», puso de manifiesto.

Opinión contraria muestra Jaime Álvarez. El joven cacereño manifestó su desacuerdo con la instalación de la tela y lo calificó de «sinsentido». El joven instó a que cada cacereño ejerza su opción política con libertad y criticó la necesidad de simbología. «Allá cada cuál con su opinión política, no me parece conveniente», concluyó. En su crítica, Jaime Álvarez hizo alusión al coste «pagado con dinero público» y a la posibilidad de reinvertirlo en otras cuestiones. La cacereña Carmen Sosa esgrime el mismo argumento que Jaime. Le «parece cara». «Es innecesaria, ese dinero se puede utilizar para otra cosa», alega.

Precisamente, más allá de la cuestión política, el objeto de discordia se centra en el precio, que asciende casi a 6.000 euros: 410 de la bandera y el resto del mástil de acero inoxidable y el coste de su instalación. El mantenimiento será a coste cero, salvo cuando haya que sustituir la enseña por el deterioro. De hecho, este fue el argumento que alegaron los socialistas para justificar su ausencia en la inauguración. Apuntaron que el coste es «desproporcionado» y una «inmoralidad» para una ciudad que tiene un grave problema de paro.

Cabe recordar que fue el grupo municipal de Ciudadanos el promotor de la iniciativa. La propuesta salió adelante en septiembre del año pasado y fue aprobada con el apoyo de los populares. PSOE y CáceresTú se posicionaron en contra. En el acto de inauguración solo estuvieron presentes representantes del PP y Ciudadanos. Durante la ceremonia, la delegada del Gobierno, Cristina Herrera, hizo alarde de «símbolo de una nación con una gran historia forjada por miles de españoles» y la alcaldesa de la ciudad, Elena Nevado, hizo hincapié en el «orgullo de ser español» y añadió que «el país está forjado con una suma de culturas» e hizo alusión a la necesidad de incidir en lo que «une» y «no en lo que separa».