Los principales mensajes de Mariano Rajoy durante los últimos meses han venido apegándose a una realidad que subyace en nuestra vida política, dichos mensajes siguen siendo de una realidad manifiesta y se apegan a la necesidad de conseguir la unión de todas las fuerzas políticas en la defensa de la convivencia de los españoles frente a las "ideas rupturistas radicales y antisistema".

"Podemos dar un formidable salto adelante, o comprobar cómo la recuperación conseguida, se frustra ante nuestros ojos en cuestión de meses si empezamos a desmontar y liquidar todas las políticas que han dado resultado". La inversión puede huir si pierde la confianza en el futuro de España, y la creación de empleo se puede frenar, o incluso revertir, si nos sumergimos en la parálisis institucional o, lo que es peor, en la ruptura del modelo constitucional que nos hemos dado en esta democracia".

"Esta es la disyuntiva planteada a todos los españoles: la recuperación económica, la estabilidad, las políticas que dan resultados y generan empleo y, frente a ello, la incertidumbre, la inestabilidad y la demolición de todas las bases sobre las que se sustenta nuestra recuperación e incluso nuestra convivencia". Una política de creación de empleo y la generación de menos impuestos, alcanzando la cifra de 20 millones de empleados es perfectamente alcanzable si se alcanzan los 20 millones de empleos. El consumo de la familia podría subir más de un 10%, se podría financias sin problemas el gasto en pensiones y mejoraría el gasto en salud y en educación. Habría también un margen superior para bajar los impuestos.

"La unidad de España, la soberanía de todos y la igualdad de los españoles, vivan donde vivan, son las piedras angulares de nuestra convivencia, quienes a contracorriente de la historia y del proyecto europeo se empeñan en la separación y la división, y lo hacen además cabalgando sobre la antipolítica y el extremismo, están condenados al más estéril de los fracasos".

Es necesario convocar a la gente moderada para levantar y defender la bandera del sentido común. Los ciudadanos están cansados de hojas de ruta que no van a ninguna parte. Estamos ante el momento de superar una etapa de enfrentamientos estériles que no conducen a ninguna parte, que ya dura demasiado y es el momento de reafirmar los puentes, rearmar los afectos y reclamar nuestro futuro común.

Todo ello no es más que una expresión de sentido común, que debiera ser asumida por todos los que están definiendo posturas políticas en la actualidad, cierto que así se manifestaba el presidente Rajoy y es cierto que ante ello el presidente de la Junta de Extremadura Guillermo Fernández Vara se expresó diciendo, algo que me parece digno de resaltar: "No me une nada con Rajoy excepto una cosa: el futuro de España".

En resumen, el sentido común no es más que la capacidad natural de las personas que no requiere de estudio o investigaciones teóricas, sino que surge en la vida cotidiana a partir de las experiencias vividas y de las relaciones sociales, aunque en gran parte se nutre del legado que recibimos durante toda la vida.