TEtl lunes asistí a una conferencia que, organizada por el Club Rotario de Cáceres, impartió el profesor Hernández Mogollón. Tras una iluminada disección de las causas de la crisis económica y los caminos por los que discurre concluyó con una firme apuesta por la nueva Extremadura. Debo confesar que salí con la autoestima de extremeño por los cielos y no es que la haya tenido baja casi nunca, aunque sí un poco desangelada a veces.

Según sus palabras estamos a la cabeza de las regiones en número de emprendedores y la creación de empresas no envidia en nada a ninguna otra comunidad autónoma. Es el resultado de estudios realizados fuera de nuestra región, por lo tanto no puede sospecharse de autocomplacencia o exageración, y expuestos por un experto y riguroso estudioso.

Estos datos contradicen la minusvaloración que merece el empresariado extremeño en la opinión de muchos paisanos. Es necesario acabar con esta forma de masoquismo no solo para hacer justicia con un colectivo imprescindible para el desarrollo y que beneficia a todos sino para que sirva de acicate, pues si logramos convencer a nuestros paisanos de que somos capaces de emprender tareas arriesgadas y fructíferas mejor incluso que otros muchos, estaremos creando una corriente de optimismo y generaremos impulsos para seguir creciendo.

Cuando uno se entera de estas cosas tiene argumentos para desmontar la estulticia de quienes nos tachan de "gentes subvencionadas", porque uno sabe que no es cierto y que en Extremadura se crea riqueza. Pero con esto sucede como con las personas que queremos. Deseamos que sean mejores aún, mas perfectas y nos da rabia de que tengan algún defecto. De ahí que no seamos conformistas y aspiremos a más.