Vecinos de las calles Bailén y Arapiles, en la barriada de San Blas, temen por sus viviendas debido al mal estado en el que se encuentran los cimientos. Al parecer estos han sufrido daños por los atascos en las antiguas tuberías, que durante años han acumulado agua bajo tierra dañando así la estructura de las viviendas. Así lo cuenta José Sánchez que muestra una a una las paredes de la planta baja de su casa, "completamente huecas". "Detrás no hay nada. No quedan cimientos, solo hay un hueco enorme y el muro de la casa", explica. La misma situación sufre Juan José Rubio. Ambas viviendas se encuentran al final de una acusada cuesta, por lo que son las más afectadas. Bajo sus casas discurre además el cauce del río Verde.

CON LAS ZANJAS Las alarmas saltaron cuando Acciona, la empresa concesionaria del servicio de agua en la ciudad, abrió las zanjas para comenzar los trabajos de mejora de la red de saneamiento y abastecimiento de la zona, una actuación muy demandada por los vecinos que llevaban años quejándose del agua sucia que salía de sus grifos. Según indicaron ayer fuentes de Acciona, ya se ha dado parte a la compañía de seguros para que los peritos evalúen los daños y se valore la causa del destrozo de los cimientos. "Da la impresión de que ha sido por un lavado de agua, por allí existen muchas galerías y zonas de filtración, pero será un perito el que lo valore. Asumiremos todos los daños que sean de nuestra responsabilidad", dijeron las mismas fuentes.

La actuación, a la que aún le falta más de un mes, permitirá renovar 320 metros de la red de abastecimiento de la zona, la mitad en las calles Bailén y Arapiles, y otros 160 metros en la avenida de San Blas. En ambos casos se retirarán canalizaciones de función gris que llegan a tener 30 años de antigüedad para sustituirlas por otras de fundición dúctil, más modernas. En cuanto al saneamiento, se sustituirán 170 metros de tubería de hormigón de las calles Bailén y Arapiles y se mejorará la capacidad de desagüe de la calle Narciso Puig, creando más sumideros o haciéndolos más grandes, con el fin de evitar las balsas de agua que se generan en la zona cuando llueve. El presupuesto de esta actuación es de 102.000 euros.