Les une su pasión por Cáceres y el amor a Italia, país en el que nacieron. Marcello Cammarata, ingeniero de 58 años, y su mujer Eligia Ricioppo, lectora de 61 en Filosofía y Letras, llegaron de Milán hace más de dos años tras un largo periplo por Sudamérica. Todavía no saben si volverán. A Matteo Brandi, de 25 años, le queda poco para volver a disfrutar con sus amigos de la Juve, tras haber sido becado por el Gobierno italiano como lector en la Escuela Oficial de Idiomas de Cáceres. Luigi Giuliani, profesor de Literatura Comparada, ya supera los seis años en la ciudad tras dejar atrás su etapa en Barcelona y sus raíces en Roma.

Ellos son parte de la comunidad italiana residente en Extremadura, alrededor de 400 personas con derecho a voto en las elecciones generales que tendrán lugar el próximo 9 de abril. Será la primera vez que puedan hacerlo por correo. Antes tenían que hacerlo en persona, pero la decisión del Gobierno italiano de dividir en seis circunscripciones a sus ciudadanos repartidos por todo el mundo les permitirá elegir a 12 diputados y senadores del Parlamento transalpino.

A las 18.30 horas de hoy celebrarán en la escuela de idiomas un debate electoral al que acudirán representantes de las dos coaliciones de centro-derecha y de centro-izquierda que concurren a los comicios. "Siempre me preguntan por la mafia y Berlusconi", reconoce Matteo, que encuentra similitudes entre la juventud italiana y cacereña, sobre todo, en lo difícil que les resulta tener empleo estable.

A Marcello y Eligia les enamora el cielo y el aire de Cáceres. Están convencidos de que el futuro pasa por la mejora de las comunicaciones y en lograr proyectos de referencia cultural que se mantengan en el tiempo, más allá de citas multitudinarias.

Luigi tiene claro que aún queda mucho por hacer en la ciudad, opina que hay que aprovechar la ventaja "de ser periféricos" y la cercanía con Portugal. "Habría que apostar fuerte por la cultura relacionada, no sólo con el ocio, sino también con la universidad. Hay que dar un motivo para venir y quedarse". Propone, por ejemplo, estudios de doctorado.

Todos son felices en Cáceres, aunque detectan que falta contacto entre los italianos residentes en la región. Por eso quieren crear puentes aunque Berlusconi no esté tan lejos.