La segunda jornada del besamanto volvió a reunir ayer en Santa María a miles de cacereños, que no quisieron faltar a una de las citas más tradicionales del novenario a la patrona de la ciudad, la Virgen de la Montaña. Fuentes de la cofradía cacereña estimaron en más de 40.000 las personas que se han desplazado hasta la concatedral durante los dos días de celebración del acto.

La imagen lució para la ocasión el manto número 90, que es de damasco dorado con fondo blanco, orlado con cenefa de cordones dorados, perlas y pedrería. La belleza de la talla pudo ser apreciada por los miembros de la corporación que, presidida por el alcalde cacereño José María Saponi, acudieron ayer a la misa por las intenciones del ayuntamiento y que es otra de las tradiciones de la novena.

En las inmediaciones de la plaza de Santa María había una gran animación. Las colas volvieron a repetirse (por la tarde llegaban hasta la plaza Mayor) y en el palacio episcopal la cofradía vendió las roscas de anís.

El besamanto es el acto por excelencia del novenario ya que sirve para cerrarlo. Como es tradición, hoy, Día de la Madre, la Virgen regresará a su santuario. En Fuente Concejo será despedida por miles de cacereños y el alcalde recogerá el bastón de mando que la Montaña ha portado como alcaldesa honoraria de la ciudad. Aprovechando esta cita, EL PERIODICO EXTREMADURA, con el patrocinio del ayuntamiento, entrega desde hoy, cada domingo, un manto chapado en plata de la Virgen.

Hoy, gratis con EL PERIODICO, el soporte y el primer manto para iniciar esta colección.