Rex recorre entusiasmado las calles del parque de Cánovas. Mira a todos lados y se tranquiliza. ¡Sí, ya estoy aquí. El Womad ha empezado! "Es un womero como yo. Lo que viene siendo un perro hippie, vamos", dice Javier que acaba de aterrizar en Cáceres junto a su amiga María Asunción, desde Las Palmas, para volver a sentir "el buen rollo" que les transmite esta ciudad.

"¡Anda! nosotras también somos de Las Palmas", gritan Gabriela y Atenari cuando escuchan a Javier y M Asunción hablar con este diario. "Ves, esto es lo bueno, haces millones de amigos", dice Gabriela. "Estamos deseando que empiece todo. Nos han dicho que es genial", comenta Atenari. Ellas vienen al Womad por primera vez.

Tras ellos, Sue y Nono comienzan a montar su puesto de artesanía, vienen de Huelva y son pareja desde hace 18 años. "Parece mentira, tuve que traerle casi engañado la primera vez. Ahora no hay quién le quite sus días de Womad", señala Sue. "Me quedé enamorado del encanto que tiene todo esto. La música en la ciudad antigua es inmejorable", se justifica Nono. Mientras los womeros terminan de montarlo todo, Greta, Mohamed, Lucía y Eduardo se marchan a dormir a sus caravanas de Cánovas: "mañana será un gran día. ¡Hay que estar a punto para bailar!", cuenta Greta.