El edificio precintado al derrumbarse parte del tejado en el número 1 de la calle Maluquer no será demolido tras el informe municipal sobre el estado del inmueble. El bloque, donde no vive ningún vecino de forma permanente, no estaba vacío en el momento del desprendimiento el pasado sábado, ya que unos jóvenes se encontraban dentro de un piso de la primera planta, sin que sufrieran daño alguno.

El informe técnico del servicio de Planeamiento al que tuvo ayer acceso este diario arroja la obligatoriedad de "revisar los aleros y canalones del edificio, así como reparar los desperfectos o piezas sueltas o con riesgo de desprendimiento" en el tejado.

También estima, en el caso de que el edificio no esté habitado, como ocurre actualmente, que los desperfectos en su interior "no son causa de inseguridad para los ciudadanos" e indica "que se podrá archivar el expediente en caso de que los aleros y canalones estén en buen estado".

Sin embargo, el documento municipal no cita en ningún caso la solución del derribo, aunque reconoce que el bloque presenta "numerosas grietas tanto en la fachada como en el interior" así como "problemas estructurales". Asimismo, apunta que el deterioro viene de atrás "por la presencia de numerosos testigos en el interior, algunos datados del año 2001, que indican que el proceso patológico no es nuevo, sino que ya había comenzado hace varios años".

PELIGRO INTERIOR El edificio presenta, según este informe, el hundimiento de parte de uno de los tableros de la cubierta, que a su vez ha arrastrado consigo parte del tablero que hace de techo del núcleo de escaleras. El técnico municipal precisa que hay partes del tablero que amenazan con caerse, así como tejas y cascotes que, afirma, "son un peligro si hubiera ocupantes en el interior del edificio".

El informe es taxativo al asegurar que el derrumbe ocurrido el pasado sábado "es consecuencia de un indebido mantenimiento de la cubierta, que ha provocado un agotamiento de los tableros de rasilla con la llegada de las escasas lluvias de este año". Por todo ello, el técnico plantea que "se asegure el hueco de las escaleras demoliendo el resto del paño de cubierta que amenaza derrumbe, en el caso de que el edificio siga deshabitado pero que algún antiguo inquilino deba acceder a la vivienda para recuperar enseres".

La tercera hipótesis, la de que el edificio esté habitado, obliga a demoler completamente el paño de cubierta que está dañado, la retirada de los escombros al vertedero y la posterior restitución de la cubierta a su estado original. Esta situación sólo podría darse si se levantara el precinto del inmueble, aunque nadie ha vivido de manera permanente en el bloque desde hace más de un año, donde sí hay todavía enseres de los propietarios.

En sus conclusiones, el informe del servicio de Planeamiento remite al de disciplina urbanística para que constate si el edificio está actualmente habitado o deshabitado y precisa que debe ser éste el que determine quién debe hacerse cargo de las reparaciones en el inmueble.

El constructor Julián Criado, que pretende construir un nuevo edificio en este solar, aseguró el pasado domingo que la solución "más sensata" sería derribarlo por su mal estado. Los vecinos se han visto obligados a dejar sus viviendas por la aparición de grietas que, aseguran, se produjo tras la construcción de unas viviendas en la misma calle que hizo el propio Criado.