El festival de Blues dice adiós a su edición más internacional. La cita con los ritmos de Nueva Orleans clausuró ayer sábado un año más a su lista, que ya suma ocho. La plaza de Santa María y el Corral de las Cigüeñas fueron los principales escenarios en los que los músicos desplegaron su presencia y sus posiblidades sobre las tablas. Si Earl Thomas, considerado uno de los mejores músicos de blues del mundo, fue el encargado de abrir edición, Messias & The Hot tones, con temas en el top ten de la revista internacional ‘Blues Matters’ hicieron lo propio al cierre. Atrás queda un fin de semana de música libre en las jam sessions de la calle Moret, de los dos conciertos del Corral y de la animación en el casco antiguo entre las decenas de espectadores que han frecuentado la plaza para fichar a nuevos grupos o a escuchar en directo a los conocidos.