La última abrió sus puertas hace cosa de dos meses. En Cáceres se está produciendo un auténtico boom con las aperturas de nuevas panaderías-pastelerías artesanas, que buscan con la calidad atraer a esa clientela harta de productos industriales. La Vicentana, como así se llama la nueva pastelería artesana, fue inaugurada el pasado sábado 15 de octubre en la calle María Auxiliadora. Abre de martes a domingo, de 9.00 a 14.00 y de 17.00 a 20.00 horas, y cuenta con más de 70 variedades de productos de pastelería. Todos ellos elaborados a mano.

«Los pasteles los hacemos en un obrador de Torreorgaz; todo lo fabricamos nosotros. Hasta las cremas son hechas con leche que cuajamos a mano», señala el dueño de La Vicentana, Vicente Vivas, que desde joven se dedica al negocio de la pastelería artesanal. «Empecé en la Confitería Estila, que luego se pasó a llamar La Guinda, donde he estado 16 años como encargado», añade. Además de «40 o 50 pasteles normales como bambas de crema y nata, trabucos, bananas, tartas, bollería... y una veintena de minipastelitos y pastas», la pastelería de Vivas dispone también de productos sin lactosa, sin azúcar y sin gluten para celiacos. «De momento contamos con dos variedades de cada clase, con vistas a incorporar más», matiza.

Como La Vicentana, también otros negocios similares han abierto sus puertas recientemente en la ciudad. Se trata de Granier y D’Miga. El primero, en la esquina de Gil Cordero, es una franquicia que cuenta con, además de más de 60 variedades de pan, magdalenas clásicas, de chocolate o también integrales, «que se elaboran diariamente», además de buñuelos y huesitos de santos, diferentes tartas o las clásicas minibambas, de las que venden entre 150 y 180 diarias. «Todo elaborado a mano en nuestro obrador» donde trabajan dos pasteleros «de toda la vida» que arrancan su jornada laboral a las 4.00 horas, asegura Jorge Gómez, dueño del negocio.

La de D’Miga, en Primo de Rivera, es una oferta similar. Tartas de hojaldre, bizcochos de frutas, cruasanes, magadalenas caseras, bambas de crema... «No era costumbre, pero la gente se está aficionando a merendar en la calle», apunta el propietario, David Izquierdo, que revela que lo más demandado son «las napolitanas de chocolates y los fartones, que son como una ensaimada pero alargada; un producto típico de Valencia», concluye.

La diferencia la marca Celicidad, un negocio especializado para celiacos que abrió hace apenas seis meses. Sus productos son 100% sin gluten y sin lácteos, además de atender a otro tipo de intolerancias como al huevo, maríz, soja o pasteles bajos en azúcar. «No uso grasas hidrogenadas sino aceite, de oliva o girasol, y trabajo con harina ecológica en un 80%», desvela la dueña, Rosa. Su oferta incluye diversa bollería, como galletas y magdalenas de chocolate o naranja elaboradas con fruta natural, sin colorantes ni conservantes, y pasteles como tartas, muffins o brownies. La tienda abre de jueves a viernes de 10.00 a 14.00 y de 17.00 a 20.00 horas y sábados de 10.00 a 14.00 horas. Por último, cabe mencionar que la propietaria ha comenzado a distribuir sus productos, de lunes a viernes, a algunos establecimientos cercanos.

Más antiguos

Negocios más antiguos pero no por ello menos atractivos como La Guinda, El Horno o la Chocolatería Valor también cuentan con productos artesanos que engrosan la oferta pastelera de la capital cacereña. Trabucos, triángulos de yema o chocolate, bambas de crema y nata... El Horno, que abrió hace 12 años, es otra de las opciones para los golosos. «En invierno sí es común que la gente venga a merendar; en verano se tiene más sed que hambre», apunta Juan Carlos Luna, el dueño.

Como su negocio, también La Guinda, como se llama desde 1999 y situada en Virgen de la Montaña, es uno de los más antiguos de la ciudad. Abrió hace cosa de medio siglo y cuenta igualmente con una variada oferta. Además de tartas y bombones artesanos de la casa chocolatera Valrhona, de Francia, más de una treintena de variedades copan su carta de pasteles tradicionales que elaboran en su propio obrador. Nata con piñones, san marcos, milhojas, bananas, bambas de crema, tocinillos de cielo... Una oferta que casi siempre tiene protagonista. «La gente de fuera que estudiaba aquí hace 30 años y vuelve siempre viene a por las bambas o las bananas», descubre una de las empleadas.

Por último, la Chocolatería Valor, que abrió en agosto del 2012, es otra de las posibilidades que tienen los amantes de los dulces si quieren permitirse un capricho de vez en cuando. «Salvo los gofres y los cruasanes, todo lo que tenemos en carta es artesano», explica Natalia Narros, que descubre cuál es la mejor franja horaria para su negocio. «Los clientes nos tienen muy enfocados en horario de merienda y, sobre todo, durante los fines de semana», revela. En Valor hay 20 clases de bombones, elaborados con selectos cacaos de origen en la fábrica de Villajoyosa (Alicante) y transportados hasta la ciudad, además de cuatro variedades de tratas, creppes, tortitas, churros y chocolate líquido «elaborados a mano a la hora que guste el cliente». La chocolatería abre todos los días de 8.00 a 21.30 horas, salvo los fines de semana, que cierra a las 22.00 horas.