La Asociación de Amigos de la Ribera del Marco ya ha comenzado a dar forma a una iniciativa que busca plantar un árbol por cada niño nacido en la ciudad a lo largo de 2020 o, incluso, a principios de 2021. Siguiendo este objetivo, pero sin olvida a los que se fueron, planean añadir otro por cada víctima fallecida a causa del virus. Se hace así un homenaje a quien ya no está y, a la vez, a todas las familias que enfrentan el reto de empezar a criar un hijo en esta compleja situación.

De este modo, el colectivo medioambiental hace ahora un llamamiento a todas las personas que se hayan convertido en padres a lo largo de 2020 y, de la misma manera, a quienes tengan vistas de serlo en los meses que restan de este año e inicios del siguiente.

Para cumplir con su objetivo, cuentan con un terreno de aproximadamente 7 hectáreas que circunda la futura Ronda Sureste de la ciudad, cedido a la asociación por un propietario privado. La intención, más allá de las implicaciones simbólicas del proyecto, es también mitigar el impacto medioambiental de la obra que se está llevando a cabo en la zona. Esta es, en palabras de Pedro Moreno, portavoz de Amigos de la Ribera del Marco, «brutal...y bruta. Es una obra bruta», remacha.

No es la primera vez que la asociación se dedica al medio ambiente. Su propósito principal es proteger la ribera y los territorios que la circundan, pero sus miembros no dudan en poner en marcha cualquier proyecto que sea beneficioso para la ciudad desde un punto de vista ecológico.

A lo largo del 2019, plantaron encinas, alcornoques, pinos piñoneros… de los cuales, a día de hoy, siguen haciéndose cargo. Moreno afirma, sin embargo, que durante el siguiente periodo van a trabajar mayormente con árboles autóctonos, centrándose de forma especial en encinas y alcornoques. Del mismo modo, se plantea cara al futuro utilizar el almendro, que «crece rápido y no tarda en florecer. Será el árbol clave de la ronda.» A estas características, se suma el factor visual, pues las flores blancas que brotan durante algunos meses al año son de gran valor paisajístico. «Podría llegar a conocerse como ‘La Ronda de los Almendros’», continúa el portavoz.

A la hora de buscar familias dispuestas a unirse a la iniciativa, añade a la llamada un pequeño aliciente: cada una será recompensada con un diploma que conmemore el nacimiento del bebé, en referencia a una práctica establecida en nuestra propia ciudad al fin de la guerra civil. «Está basado un poco en la idea que salió en el 39, cuando cada hijo contaba para levantar la nación o, en este caso, la ciudad. Cada hijo cuenta para mejorar este Cáceres que nos encontramos, donde la natalidad no abunda.», narra Moreno.

Su misión es lenta y complicada. De hecho, algún joven árbol ha sido ya sustraído, lo que les ha llevado a plantearse vallar el terreno en el que trabajan. Moreno continúa mostrándose positivo, aún con estos imprevistos. «Quien quiera poner la zancadilla, pues bueno, que la ponga, que nosotros seguiremos plantando más árboles»

A las dos políticas mencionadas, se suma la intención de añadir diez olmos por cada uno de los que recientemente han muerto en la ciudad por grafiosis, una enfermedad que aqueja a su especie y que ya se extiende por Cáceres. Ha terminado ya con la vida centenaria de tres ejemplares, pero la organización teme que haya llegado también a la puerta de los juzgados, donde otro árbol está afectado.

La política decepciona

La política decepcionaMoreno lamenta, por otro lado, el escaso compromiso del Ayuntamiento de Cáceres a la hora de hacer frente al impacto de la obra en el entorno, y comenta brevemente que «miran para otro lado.»

Considera que el único modo de sanar la herida causada por la ronda es reverdecer la Montaña.

Añade que, desde la asociación, consideran que la ciudad tiene aún muchas posibilidades. «Solo hay que saber verlas». Apuestan por las ideas de la gente de a pie, dispuesta a dinamizar la ciudad en la medida de lo posibleCree que, incluso sin la ayuda del consistorio, «cualquier organización pequeña puede hacer mucho por Cáceres, y eso es lo que nos inspira: lo pequeño hacerlo grande».

Sin embargo, admite que le gustaría ver más movimiento por parte de los políticos de la ciudad. Declara estar seguro de que, si iniciativas como la suya salieran del palacio municipal, la población se implicaría más. «Nosotros mismos nos uniríamos», añade.

Sin embargo, hasta que esto ocurra, continúan su cometido, en un intento de mejorar la ciudad a través de los pequeños gestos a su alcance.

La asociación ofrece a los interesados tanto un correo electrónico, amigosdelariberadelmarco@gmail.com, como un número de teléfono, 622438783. Ponen también al servicio de la ciudadanía sus redes sociales para cualquier consulta, y animan a las familias que entren dentro de los parámetros a dar un paso adelante y unirse a la causa.