TUtna copa se digiere bien pero varias, emborrachan. Y los críticos de la Roja se emborracharon de éxito tras los últimos años. Somos tan conformistas que pareció que algunos quisieron cortar la sangría de fútbol con la que sometíamos al mundo. La diferencia entre practicar el aburrimiento en nuestro juego y la final de Maracaná se resume en que nos vinimos de vacío. O lo que es lo mismo, poner un nueve real y desmontar el doble pivote cortocircuito a la Selección y ahora habrá que confesarse con Del Bosque . Aprovechando la dirección del viento, dirán que ni Torres ni Busquets tienen calidad para representar los citados puestos. La premisa será clara, llamar feo a Del Bosque con bigote o sin él.

Personalmente siempre me sedujo el modelo Cruyff y Valdano con sus rombos, un único medio centro donde Guardiola y Redondo llevaban la batuta de la orquesta. Pero lo que me toca la fibra es que se le haya criticado al marqués hasta la saciedad un modelo exitoso basado en una manera muy particular y respetable de jugar. También creo que con un killer al estilo Soldado , Negredo o el propio Michu , seríamos más demoledores. Pero si Del Bosque nos enseñó el camino del triunfo maravillando a medio planeta, no movería ni un milímetro su patrón.

Es un hombre con una gran calidad humana y sapiencia. Respetado y que respeta. Y todos esos valores se los labra la persona cuidadosamente a lo largo del tiempo en el huerto de la vida. Siempre tenderá la mano aunque no seas santo de su devoción. Lo puso de manifiesto en esta Copa Confederaciones. A todos los que le mataron les hizo un guiño poniendo el ansiado nueve y quitando un medio en pro de más verticalidad y efectividad. Resultado: negativo. Conclusión: le hicimos más grande de lo que ya era Don Vicente.

XY ES QUE CUANDOx el plan A no sale, no nos debemos preocupar porque el abecedario tiene numerosas letras, pero si sale bien, mejor no tocarlo. Ya erró Florentino allá por el 2003 al cesar al técnico alegando síntomas de agotamiento en su librillo y justificando la búsqueda de alguien más tecnificado. Trajo a Queiroz que fue como poner a un mozo de espadas con traje de luces el primer día haciendo aguas el proyecto ante el Mónaco en Champions y ante el Zaragoza en Copa, y posteriormente, a un brasileño con nombre de país que nos vendió la moto de un cuadrado mágico.

De la final poco que decir. Desde la interpretación del himno brasileiro al más puro estilo Seis Naciones hasta la entrega de trofeos, Maracaná devoró a la Roja. No repetimos curso pero la asignatura la arrastraremos hasta el año que viene. En definitiva, somos los Globetrotters del fútbol y, como malabaristas del balón, bien podríamos conservar el estilo que nos ha llevado a ser los más grandes en vez de fijarnos si tenemos menor profundidad por el falso nueve o de si aburrimos a las ovejas por jugar con más presencia en la línea de creación. Examen final: Brasil 2014.

*Este artículo lo ha escrito Daniel Rodríguez Moreno.