La sociedad propietaria de la librería Boxoyo anunció ayer que va a presentar alegaciones a la resolución de la alcaldía que ordena el cese de la actividad en este establecimiento, según indicó su administrador, Jaime Naranjo García, quien recordó que ya se había entregado en el consistorio diversa documentación e informes sobre el peso que aguanta la estructura del edificio. En uno de estos estudios se indica que con la disposición actual de las estanterías queda todavía una sobrecarga de uso libre de 196 kilos por metro cuadrado.

La resolución de la alcaldía es una medida cautelar. Es un proceso administrativo que tiene su origen en la denuncia presentada por el dueño de la vivienda situada bajo el inmueble donde se encuentra la librería por la existencia de grietas en su casa. La librería está a nivel de calle por la plaza de Canilleros y por la plaza Mayor está en la segunda planta.

El cese de actividad en la librería, cerrada al público desde el miércoles, trascendió ayer al ámbito político, dado que por la mañana pasaron por la librería el vicepresidente de la Junta, Ignacio Sánchez Amor, el consejero de Cultura, Francisco Muñoz, y el presidente de la diputación provincial, Juan Andrés Tovar. Sánchez Amor manifestó su sorpresa e indignación porque sea "tan difícil cerrar un bar sin medidas de insonorización y tan fácil cerrar una librería" de libros antiguos. Dijo "no pretender hacer una crítica a otra administración, ni saltarme los derechos de otro ciudadano", pero recordó que esto se produce en una ciudad que aspira a ser capital cultura europea. Muñoz expresó su sorpresa de que se ordene el cese de la actividad en una librería "que merece la pena que siga abierta".

El portavoz del gobierno, Andrés Nevado, recordó ayer, preguntado por esta cuestión, que es una resolución que se apoya en informes técnicos y se toma por razones de seguridad, dado que hay una denuncia presentada ante el ayuntamiento e informes que advierten de que debe cesar la actividad hasta que se produzca un refuerzo de las estructuras del edificio. Añadió que es una medida cautelar y que hay un plazo abierto para la presentación de alegaciones.

Boxoyo lleva más de un año en su actual ubicación. Uno de los socios de la propiedad de este negocio es Jaime Naranjo, ex consejero de Cultura y persona vinculada a las manifestaciones culturales que se hacen en Cáceres y Extremadura. Roberto Barriuso, dueño de un taller de encuadernación y negocios en la parte antigua, indicó que lo que ocurre con este establecimiento es "la punta del iceberg" de las dificultades para instalar negocios en el casco viejo y que tiene una implicación social por lo que supone cerrar una librería.