Cómo pasa el tiempo. Parece que fue ayer cuando comenzábamos el curso y ya estamos a primeros de julio. No es muy recomendable ponerse filosóficos con estos calores porque las neuronas patinan más de la cuenta, pero no hay más remedio, finalizas una parte de algo y te da por repensar cosas que quizá ya no tienen remedio, pero no me parece mal hacerlo.

¡Cuánto deseamos que lleguen estos momentos! Luego, a lo mejor a los tres días estás aburrido y te gustaría volver a la rutina, y echas de menos cosas y rostros. Es verdad que esto puede pasar, pero es porque hay de todo en la viña del Señor. Lo normal es que si el trabajo ha sido duro, nos venga bien esos ratos de sosiego, pero la realidad es que no se produce, no se puede producir una desconexión total. La fuerza mental de cada uno es el que realizará esto con éxito o con un fracaso rotundo.

Quizá alguno ya esté preparando las maletas para pasar esos días. Es verdad que esa tranquilidad cada cual la puede encontrar en situaciones y lugares muy distintos, pero estamos de acuerdo en que hay que tenerla.

¿Qué cosas te parece que no deben faltar en nuestro equipaje? No es bueno poner muchas, pues te puedes llegar a creer que ya no vas a volver y no es verdad. Lleva lo imprescindible para estar presentable según decida cada uno, porque aunque estemos de vacaciones seguimos siendo los mismos, hay cosas que no se cambian de la noche a la mañana.

Una buena crema que nos proteja de lo que nos pueden hacen mal, no seas ingenuo y te creas que los malos se toman vacaciones. No, estos creo que son los únicos que no lo hacen. Un buen libro, que bueno es seguir aprendiendo incluso cuando uno está descansado, quizá sea de las pocas veces que se hacen dos cosas al mismo tiempo, y las dos buenas. ¡Ah! Y no vayas a olvidar a tu pareja y a los niños, ellos son imprescindibles para que seas lo que eres.

Desde La Mirada, los mejores deseos para los que pueden disfrutar de estos días, porque es bueno no olvidar que hay muchos que no los van a tener. ¡Feliz descanso!